El domingo ascendieron, el lunes hicieron el recorrido del festejo y hoy ya tienen una preocupación que, dicho sea de paso, no es menor.

Todos andan muy emocionados con el ascenso del Atlético de San Luis a la primera división, la afición festeja, muchos aplauden porque van a enfrentar a las plantillas poderosas de la Liga MX, pero lamento decirles a mis amigos potosinos que la plaza todavía tiene un foco rojo que apagar.

Me pude enterar que la gente del club y del Ascenso MX han batallado bastante para controlar a la barra del equipo, que sí tiene fama de ser muy apasionada, pero que también causa temor por lo violenta que se puede volver cuando las cosas no van bien… ¡y hasta cuando van bien!

De entrada mis queridos barristas están peleados con la nueva directiva del equipo, encabezada por el español Alberto Marrero, por los cambios que le han hecho al club, cómo modificar el nombre y los colores, y hasta han querido boicotear la venta de abonos para que la gente no compre.

Sin mencionarles que a estos angelitos se les pasa bastante la mano cuando reciben cada quince días al equipo a las afueras del Estadio Alfonso Lastras, donde hacen desmanes y tiran de todo tipo de pirotecnia en espacios muy reducidos, situación que es de mucho riesgo para el resto de los aficionados e, incluso, para los vecinos del inmueble. Ojo aquí Liga MX.

Yo no sé qué pueda pasar cuando otras barras como las de Atlas, Querétaro, Pumas, Tigres o Rayados que suelen ser problemáticas, visiten la plaza, porque el ambiente se puede tornar muy hostil de un momento
a otro.

Aplaudo la seriedad del proyector armado por el Atlético de Madrid para despertar a este equipo potosino, y la visión del consejero delegado del Atleti Miguel Ángel Gil Marín por los planes a futuro, pero no estaría mal que le pongan un poco más de atención a estos vándalos, a quienes no les gusta mucho seguir las reglas del juego y la convivencia sana.

No les agradó

Guerra de rumores previo al clásico capitalino.

En Cruz Azul ya platicaron con todos los jugadores, pidiéndoles máxima concentración para el partido contra el América, pues es “ahora o nunca” que deben deshacerse de los fantasmas del pasado.

Por eso, cuando surgió el rumor de que Giovanni dos Santos estaba a nada de firmar con el equipo Cementero, la noticia no cayó nada bien, sobre todo porque llega a tres días de que se midan ante las Águilas, y parece que lo que se busca con este tipo de menciones es desestabilizar al plantel.

Curiosamente el padre de Gio, quien jugó para el cuadro azulcrema, en lugar de esperarse para hablar de las negociaciones que hay para hacerse de los servicios de su hijo una vez que termine la liguilla, aparentemente se fue de la boca.

Por lo pronto a los integrantes del cuadro celeste ya les dejaron en claro que nadie sale ni llega, que también Pablo Aguilar esté tranquilo porque otra oleada de rumores lo puso en Independiente, y nada de eso se ha dado.

Yo solo les quiero recordar que en la liguilla del Apertura 2016, Santos Laguna le dio madruguete al cuadro azulcrema y comenzó a anunciar los cambios de camisetas en plena liguilla, como la llegada de Agustín Marchesín y la salida de Osvaldo Martínez, además de que comenzaron a correr versiones del cambio de aires de Rubens Sambueza y Miguel Samudio, por consiguiente, el equipo azulcrema se hizo añicos en el Mundial de Clubes, y cuando llegó a la final tampoco le fue bien ante los Tigres.

PD: Ni que Gio Dos Santos fuera la gran cosa. Con todo respeto.