Como estuvo cerca de comprobarlo Rusia en este Mundial, ser anfitrión de la máxima fiesta del balompié es casi siempre garantía de tener un buen papel. Pocos ejemplos tan claros como el de Corea del Sur en 2002.
Pocos Mundiales tan polémicos como el primero organizado por dos países. Mientras Japón se fue discretamente en octavos de final, Corea tuvo
su mejor participación de la historia, gracias en parte, a cuestionables decisiones arbitrales.
Los coreanos iniciaron con una sorprendente etapa de grupos que terminaron invictos para enfrentar en octavos a Italia. Ahí, un gol de Ahn Jung-Hwan a tres minutos de los penales los llevó a cuartos.
El siguiente rival fue España. Y si la actuación del árbitro anterior fue polémica, la del egipcio Gamal al Ghandour fue un robo descarado a los españoles, que sufrieron la anulación de un gol legítimo de Morientes.
Corea se impuso en penales, pero perdió la semifinal ante Alemania, antes de caer con Turquía en el juego por el tercer lugar.
Redacción I Pachuca