Hace cuatro años, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz, Nabor Castillo Pérez era uno de los favoritos para quedarse con la medalla de oro; no obstante, el oriundo de Pachuca regresó con el bronce.

En Barranquilla tratará de sacarse la espinita de lo que vivió en el puerto, donde cayó sorpresivamente, en los cuartos de final, ante el colombiano John Futino. Aunque después tuvo revancha en el repechaje, fase en la que se colgó el bronce tras vencer al venezolano Javier Guadez.

Otro objetivo del hidalguense para esta justa es dar el primer paso a los Juegos Olímpicos 2020; pero antes de Tokio también deberá de trascender en los JCC 2018 y después en los Juegos
Panamericanos 2019.

En Colombia, Castillo también competirá en una división superior, pues dejó los 60 kilogramos para contender en los 66, división en la que se siente más cómodo.

Previa a esta justa, obtuvo dos medallas de plata en el Abierto Panamericano de Judo de Perú y Argentina; logro que, afirmó, le dará confianza para ir en busca del oro en los Centroamericanos.En ese sentido, también destacó la preparación que ha tenido en los últimos seis meses para esta justa, la cual terminó hace un par de semanas con una concentración en Cancún, Quintana Roo; punto de donde viajará, con el resto de la selección mexicana varonil, rumbo a Barranquilla.

Otra motivación de Nabor es que competirá, por primera vez, a lado de su esposa, la también judocaDebanhi Nallely Ochoa Licón, atleta nacida en Monterrey, pero que en estos JCC 2018 ya
defenderá la causa hidalguense.

Nabor es uno de los atletas más descatacados internacionalmente; en su currículum destaca la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011; además de formar parte de la delegación azteca que compitió en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde avanzó hasta la ronda de dieciseisavos

Redacción I Pachuca