El futbol tiene las mismas aristas de cualquier actividad humana: todo depende de las circunstancias en que uno se encuentre.

Antoine Griezmann, quien no había hablado con la prensa después de la Final de la Copa del mundo, lo hizo para L’Equipe de Francia y nos hizo recordar que es de los jugadores que vale la pena escuchar.

Entre otras cosas, se dijo avergonzado por lo que dijo Thibaut Courtois tras el duelo en que los galos dieron cuenta de Bélgica en Rusia.

El enorme arquero, hoy del Real Madrid, había criticado la forma de jugar de los franceses, tirando por la borda el espectáculo y especulando todo el tiempo.

Griezmann le recordó que ambos jugaron juntos en el Atlético de Madrid del “Cholo” Simeone y que habían triunfado con un juego similar al que ahora reprobaba.

Añadió qué hay dos formas de jugar y que ésta, la de Francia, es la que ganó.

La declaración tiene un significado adicional: en algún momento se verán las caras en el derby madrileño con el aderezo que lo dicho representa de uno y otro lado.

Ricardo Ferreti y Miguel Herrera se han lanzado puyas en últimos días.

Investidos en diferentes momentos y circunstancias como técnicos de la Selección Nacional, parecen olvidar lo que eso tendría que significar: categoría, elegancia, comportamiento ejemplar.

Al estar en la lista de quienes se han enfundado como estrategas la casaca verde, tendrían que pertenecer a esa selecta logia de quienes entienden las presiones del puesto, las tentaciones de los medios por pescar cualquier cosa y las olas que produce la menor reacción inconveniente.

Es verdad que el “Piojo”, que lucha cada vez con mayor éxito para controlarse, reaccionó a una acción. Ferreti, quien a veces se enoja mucho en las conferencias de prensa y a veces es de lo más festivo y simpático, aludió a uno de los pasajes más amargos de la historia de Herrera. Tanto, que le costó el puesto hoy ocupado interinamente por el Tuca.

Todo pasa y todo queda.

No debe pasar a mayores el desliz, que se da por una situación que lo fomenta, igual que en el caso de Griezmann y Courtois.

Mientras eso sucede, a alguien se le ocurre poner como candidato al Tri al recién desafectado por la selección de Colombia, José Néstor Pekerman.

Ojalá sea una broma. No es lo que se necesita.

Aunque la circunstancia del hambre y las ganas de comer lo hagan disponible y por lo tanto elegible.