Tras un arranque descorazonador, el Real Madrid ha recuperado la temperatura con Santiago Solari en el banquillo, una versión renovada del equipo blanco que irrumpe en la Champions, hoy octavos ante el Ajax, con el objetivo de alcanzar un histórico cuarto título al hilo.
Con Solari en el banquillo desde finales de octubre, varios jugadores clave han pasado a tener un rol secundario.
“La integración de los jóvenes forma parte de nuestro trabajo”, señaló el argentino de 42 años, que tomó el testigo de Julen Lopetegui. “Es lo que toca esta temporada en un equipo tan experimentado, es delicado pero lo debemos hacer”, añadió sobre la necesidad de dar una oportunidad a los jóvenes.
El sábado, en el derbi madrileño contra el Atlético (triunfo 3-1), Solari dejó en el banco a Marcelo y Gareth Bale. El galés aprovechó su entrada al campo para marcar el tercer gol, su número cien con la camiseta del Real Madrid.
En cuanto a Isco, tocado en la espalda, fue baja y lo será también en Holanda. El mediapunta, protegido de Lopetegui tanto en el club blanco como en la selección española, ha perdido su puesto de titular e incluso se ha quejado en público.
Solari rechaza entrar en la polémica. “No es algo personal”, dijo a mediados de enero. Marcelo, en baja forma, sufrió en defensa la semana pasada en el clásico de la Copa del Rey en Barcelona (1-1).
AFP I Holanda