José Ramón Fernández

Tuve la oportunidad de conocer a Jesús Martínez, hoy dueño de Grupo Pachuca, por allá de 2001 cuando Pachuca era un equipo que subía y bajaba de división, es más, ni estadio tenía, jugaba en el estadio Revolución. Poco después, quizás un poco antes, el equipo y el grupo empezó a crecer. Y creció, y todo el mundo lo sabía, creció con base en donaciones de los gobiernos priístas del estado de Hidalgo: terrenos, hectáreas para construir. Y Pachuca se dedicó a construir y construyó un emporio muy grande.

Sí, es verdad que esas hectáreas podrían haber servido para escuelas públicas, para cosas más prácticas, para la gente, Hidalgo es un estado pobre, pero se lo dieron al futbol y el futbol empezó a construir y a construir campos de juego, un Salón de la Fama, una Universidad, una Escuela de Medicina y muchas cosas más.

En esa época, también el Veracruz era un equipo apoyado totalmente por el gobierno, es más, el gobernador era el dueño del equipo. Y en la época de Miguel Alemán, gobernador de Veracruz, Rafael Herrerías manejaba al equipo y tenía todo a su alcance, lo que quisiera: agua, no predial, no impuestos, apoyo a jugadores, tenía a Cuauhtémoc, a Kléber, había apoyo de los gobiernos locales.

En el campo del Necaxa, en Aguascalientes, no tenían futbol de Primera División, y como el Necaxa no funcionaba en el estadio Azteca, a Televisa se le hizo muy fácil cambiarlo a Aguascalientes y el gobernador Reynoso Fernat construyó un estadio muy bonito, con fuentes, que el Necaxa nunca llenó y que fue manejado por Justino Compeán y Guillermo Lara a su antojo. Compraron e hicieron lo que quisieron con el equipo, y todo era gratis, todo era donado.

Y como eso, el gobierno de Puebla es dueño del estadio, lo cubrió y costeó el gasto. En Chiapas hubo gobernadores que eran dueños de cartas de jugadores de futbol, y quebró el equipo. Y muchas cosas más. Y eso, por supuesto que lo sabe el Consejo de Dueños de la Federación Mexicana de Futbol, ese famoso Consejo de Dueños que se reúne cada vez que siente que hay un problema o simplemente para beneficiarse por derechos o por algún negocio.

He aquí que viene la negociación o renegociación de los partidos amistosos de la Selección Nacional y eliminatorios hasta 8 años más, y todo se hace en lo oculto, que nadie se entere, que nadie sepa. Y llega una oferta -posiblemente promovida por Grupo Pachuca, no lo sabemos, es posible- mejor que la que tenía Televisa. Televisa se enfurece, tapa todo, sobre todo por el beneficio a la empresa de los Estados Unidos, que es Univisión, que es un gran negocio para ellos, no tanto el de acá, sino el de allá.

Bien sabemos que la Selección Nacional, pase lo que pase, los años que pasen, el tiempo que pase, siempre será propiedad de Televisa, que la comparte únicamente para que no haya críticas con Azteca, que poco le importa el futbol.

Pero en la actitud de Televisa se vio de inmediato la venganza. ¿Por qué esa venganza? En una investigación que hace tiempo se había hecho por la revista Proceso, por El Universal, y que se sabía perfectamente cómo había crecido el Grupo Pachuca con las donaciones de los terrenos, y que tenía que haber invertido para que esos terrenos se levantaran.

El enojo de Televisa para hacer un reporte especial, no hecho por la división de deportes, que no lo saben hacer, por supuesto, porque al que lo presentó le temblaban las piernas, porque ese que lo presentó ha ido como jurado al Salón de la Fama y ha estado ahí, y hoy quisiera yo pasarles la lista de reporteros o periodistas que están en la nómina del Pachuca, pero sería muy cruel de mi parte fastidiarle la vida a esos tipos.

Ya no solamente lo hace este equipo, lo hacen muchos más equipos. Lo que me sorprende es la actitud tan revanchista, tan visceral de Televisa, una empresa grande, una empresa que tiene problemas, que ha bajado enormemente su credibilidad, que tiene una competencia muy seria en las redes -su última cuestión desagradable fue en el sismo- y que lleva más de 50 años conduciendo los destinos de la Selección Mexicana sin resultado alguno, fracaso tras fracaso.

Eso que se dice en ese reporte es verdad, ya se sabía, lo sabía Televisa, pero cuando Pachuca estaba del lado de Azteca y pasaban los partidos por Azteca no había ningún problema, todo se callaba, todo quedaba entre amigos, las comidas y las juntas se hacían ahí, en la casa del Pachuca, y ahí aparecían los grandes jerarcas del futbol mexicano. En el momento que Pachuca decide romper el monopolio e irse con la televisión de paga, empieza el enojo, empieza la persecución.

Que aparece Carlos Slim y Pachuca se siente protegido, que después de 5 años se deshace del negocio, es cosa de ellos. Que sorpresivamente en el reporte te nombran a funcionarios priístas, el último el exsecretario de Gobernación, es curioso. O Televisa está dando la vuelta políticamente y empieza a tratar de buscar credibilidad criticando a los mismos que apoyó al máximo para llevarlos al poder, o yo me preguntaría que hace el suegro de Emilio Azcárraga al lado de Andrés Manuel.

Me parece que es una auténtica venganza por el simple hecho de que el Grupo Pachuca, en combinación con otros: Monterrey, Tigres, Chivas, que se bajó; Santos, que encontraron la famosa cláusula con la cual salieron adelante y firmaron casi de por vida a la Selección Nacional.

No pasa nada, la pueden tener, se la pueden comer, pueden hacer lo que quieran con ella, para ellos la Selección Nacional es el negocio más poderoso que existe en esa empresa. Y el Pachuca lo sabía, y el Pachuca es vulnerable por lo que ha hecho, y por eso viene el ataque directo contra un grupo que se ha beneficiado de regalos, de terrenos para construir, construir y construir y construir. ¿Que lo ha construido?, perfecto, ¿que no paga impuestos?, posiblemente. ¿Cuántos no pagarán impuestos? ¿Usted no paga el predial? También cuántos no pagarán el predial.

Esto no va en defensa del Pachuca ni mucho menos, tendría que ponerse de inmediato en regla absoluta y, si puede, recomprar los terrenos y pagarlos para que no sea más perseguido, porque lo va a seguir siendo. Hay amenaza de que lo pueden echar del futbol. ¿Por qué? Porque molesta. Yo recuerdo cuando en la Selección Nacional Emilio Maurer y Francisco Ibarra lograron quitarle algunos partidos a Televisa. Eran otros personajes los de Televisa, pero igual pasó. Maurer fue a dar a la cárcel y tuvo que intervenir un hombre muy importante de la Federación que dijo: “10 equipos paran si no sale hoy mismo o mañana de la cárcel”. Y salió.

Poco tiempo después lo metieron a la cajuela de su coche y lo tiraron de un barranco, y se salvó de milagro. O sea, hay cosas que se pueden pasar, pero otras, por el simple hecho de ser la Selección Nacional, no. Es demasiada la venganza, es demasiado el odio, es demasiada la parafernalia para que todo el mundo se entere; comprar bots para golpear, golpear, golpear.

Si es venganza política o deportiva, solamente ellos lo sabrán, y Martínez sabía perfectamente que lo iban a atacar, y lo iban a atacar con todo, y lo seguirán atacando hasta que suelte al equipo, como se lo hicieron a Maurer. De acuerdo con el gobernador Piña Olaya, en Puebla, cuando el Puebla andaba mejor, cerraron el estadio y el Pu-bla tuvo que andar recorriendo en todos lados hasta que lo obligaron a vender.

Así se maneja el futbol en México, así aprieta la empresa que dirige el futbol de México. El problema es que ellos creen que con La Rosa de Guadalupe u otras cosas van a tranquilizar al pueblo, ¡no! El país ya es otro, las redes son otras, y aunque se paguen a los bots para golpear a cualquier cantidad de gente con un sadismo, groseramente, tratando de perjudicar la imagen de cualquier persona, pues no.

Televisa debe mirar hacia atrás y ver cómo ha bajado en la bolsa de valores. Y Pachuca debe mirar hacia atrás y ponerse al corriente con el gobierno del estado, y juntarse con el gobernador y decir: “¿cuánto debo y cómo lo voy a ir pagando?”. De otra forma, seguirán las amenazas y las revanchas. Y el futbol, el futbol es lo que menos importa.