El gobierno iraní celebró el cierre de la investigación sobre sus actividades nucleares que conducía la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y se dijo preparado para ampliar su cooperación con ese organismo.

El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif, se congratuló de la resolución aprobada este martes por la Junta de gobernadores de la AIEA, que “prueba la naturaleza pacífica de las actividades nucleares de Irán”.
“La nueva resolución pone fin al presunto objetivo militar del programa nuclear iraní y la cuestión ahora terminó para siempre”, sostuvo el canciller tras conocer la decisión de ese organismo inspector de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Los 35 gobernadores de la AIEA votaron de manera unánime para cerrar la investigación al descartar que existan evidencias creíbles de que el programa nuclear iraní tuviese como fin la fabricación de armamento militar.
Ahora, con la decisión de la agencia se abre el camino para que Irán y EU, Reino Unido, China, Francia, Rusia y Alemania honren sus compromisos de conformidad con el plan de ruta acordado en julio pasado para resolver las cuestiones pendientes sobre el tema.
Teherán se comprometió a frenar su actividad nuclear y las otras seis naciones a aliviar las sanciones que le fueron impuestas por las sospechas sobre sus actividades, que datan de hace más de una década.

ANULAN RESOLUCIONES

La resolución “ha ido mucho más allá”, pues anuló las 12 resoluciones anteriores de la Junta de gobernadores que contenían alegaciones y serias restricciones sobre el programa nuclear iraní, subrayó.
Reiteró la política perenne de Irán sobre la prohibición de producir y utilizar armas de destrucción masiva, así como su pleno compromiso con el Tratado de No Proliferación (TNP), su cooperación con la AIEA y la implementación plena al mapa de ruta.
El programa nuclear de Irán, que inició en la década de los 50 bajo el auspicio de EU y fue suspendido antes de la Revolución de 1979, levantó sospechas tras revelarse en 2002 la existencia de dos sitios nucleares secretos iraníes, donde enriquecía uranio.
La fabricación de armas nucleares, suscitó una crisis diplomática ya que Occidente acusaba a Teherán de tener fines militares y le impuso una serie de sanciones económicas, aunque Irán insistió en que su programa era pacífico.