A pesar de que la falta de dinero se hizo evidente, familias de comunidades indígenas de la región Otomí-Tepehua de Hidalgo no dejaron de acudir a los cementerios para recordar a sus muertos.

Así ocurrió en San Bartolo Tutotepec, Acaxochitlán y Tenango de Doria, donde las personas que asistieron este 2 de noviembre al camposanto llevaron solo lo necesario, ante la escasez de recursos económicos.

De acuerdo con un entrevistado, ayer no pudieron contratar tríos huapangueros, debido al costo que ello representa.

En la región, es común ver que durante el Día de Muertos en los panteones se oiga la música de las jaranas y el canto de quienes llevan melodías para recordar a sus seres queridos, pero esta vez fue la excepción, pues los costos del servicio oscilaron entre los mil 200 y 2 mil pesos por hora.

Asimismo, fueron pocos los que llevaron comida para compartir con sus finados, tradición que se ha ido perdiendo sobre todo por la crisis económica.

Durante el 1 y 2 de noviembre, es costumbre en algunos municipios de la zona que la población acuda desde temprana hora para limpiar las tumbas.

De acuerdo con los panteoneros, este 2022 disminuyó la afluencia, en comparación con años anteriores a la pandemia.

Algunos de los cementerios lucieron solo con flores de cempasúchil, nube y manita de león, mientras que algunas tumbas tenían rosarios de flores cercando los sepulcros.

Aunque los panteones estuvieron abiertos hasta entrada la noche, no llegó la misma cantidad de gente a los camposantos.

Magda García | Tenango de Doria