El director de Desarrollo Agropecuario en Tlanalapa, Gerardo Barraza Santillán, calificó como alarmante el número de agricultores que han dejado de trabajar sus parcelas en la demarcación debido a las pocas ganancias que obtienen por esta actividad.
Por ello, dijo, se han perdido tierras de cultivo.
“Los ejidatarios han dejado de trabajar en el campo porque ya no es redituable; se han perdido grandes extensiones de tierra de cultivo en el municipio”, mencionó.
El funcionario sostuvo que los productores prefieren poner sus tierras a la venta o las tienen “paradas”, pues no pueden plantar debido a que la actividad no es rentable y la ardua labor que demanda el trabajo en el campo, aunado a la falta de apoyos gubernamentales.
“Es necesario maquinaria para aumentar la producción; además, que gobierno de estado realmente brinde apoyos al campo, se necesita realizar estrategias que verdaderamente beneficien a productores”.
Las empresas, mayoristas o intermediarios que adquieren los productos que se cosechan en la demarcación, como el haba, el maíz, el frijol o la cebada, lo hacen a un precio “risorio”, lamentó.
“Quieren comprar el producto muy barato y hay ocasiones que hasta en plazos lo pagan, abusan de su necesidad, por eso los ejidatarios prefieren abandonar el campo porque no tienen algo seguro”, consideró.
Aunado a esta situación, el director refirió que los herederos de las tierras de cultivo optan por buscar un trabajo con un sueldo fijo en vez de trabajar las parcelas, lo que aumenta el número de hectáreas en abandono.
“Los hijos prefieren irse a una empresa a que les paguen un aproximado de mil 200 a la semana a trabajar la tierra, donde ganan cerca de 700 pesos a la semana y sin prestaciones”.