Convertida en la actriz mexicana más internacional, Salma Hayek proyecta una imagen de glamour y celebridad, pero más allá están su labor como productora y filántropa y estar casada con el empresario francés François Henri Pinault.

Haciendo a un lado todos los compromisos profesionales y sociales (como las primeras filas en los desfiles de las Fashion Weeks), la prioridad de Salma es su familia y, en particular, su hija Valentina Paloma.

“Nunca me pongo a pensar tanto en mi imagen y tampoco me dan tiempo estos cabrones (su equipo). ¿Aquí alguien tiene hijos? ¡Qué imagen ni nada! Donde tenga dos segundos, (mi hija me dice): ‘Mamáaa, esto…’”, cuenta la veracruzana en un encuentro con la prensa.

“Sé cuáles son las prioridades de mi vida. No me separo en una imagen, ni me diseño una imagen y luego digo: ‘Esto es lo que hay que hacer para esta imagen’”, asegura. El tiempo es un lujo que la productora del filme El profeta, estrenado este fin de semana en las salas del país, tiene que administrar a paso veloz cada día.

“Ahí voy. Levántate, córrele, vístete, píntate, que el marido, esto y lo otro. Ahorita tengo que hablarle a la muchacha para decirle qué va a hacer de cenar”, dice como para sí misma.

“Bueno, ahorita no, porque mi mamá está allá y mi mamá cocina. Pero a veces estoy en alguna reunión superimportante y pensando: ‘Ah, pero está a dieta (el marido), qué receta…”, confiesa.

Salma, de quien podemos destacar importantes episodios en su carrera como encarnar el protagónico de la telenovela Teresa, estelarizar la cinta El callejón de los milagros o dar vida a Frida Kahlo, dejando a Madonna con las ganas, trabaja en función de cada momento.

“Pero sí trato de decir: ‘¿Aquí dónde quedé yo?’, y también hay momentos en que necesito cinco minutos en que se callen todos y tratar de hacer alguna meditación o algo para que no me pierda”, asegura.

“Pero si me veo de fuera, me veo como una persona que está demasiado saturada y demasiado agotada, ¡pero sigo!”, enfatiza.

AÚN NO SE LA CREE

Seguir y mantenerse inquieta y creativa, además de formar parte del star system de Hollywood, caracterizan el perfil de la estrella mexicana, quien asegura es una cosa buena pero también una debilidad que debe superar.

“Quizá me enfoco más en lo negativo. No me pongo a pensar: ‘¡Ay, ya la hice! Me nombraron en no sé qué”, reflexiona. “Vivo adentro, adentro. A veces, se me queda alguien viendo y me saluda, y (me pregunto): ‘¿A éste de dónde lo conozco? No me acuerdo’, y digo: ‘Ay, no. ¡Es que soy famosa! y me está saludando porque me reconoció’”.

“No voy en la calle pensando a ver quién me está reconociendo, porque es que hay muchos (otros famosos) que sí”, apunta.

La fama, en este sentido, queda en un segundo o tercer plano, sin importar que a lo largo de casi tres décadas de trabajo, frente y detrás de cámaras, se ha vuelto parte de su vida diaria, pero sin que su libertad como profesionista o madre de familia se vea comprometida.

“Creo que cuando de verdad entiendes el significado de la libertad, no se siente como que pagas un precio. Se siente como precio cuando la tienes confundida. Porque cuando de verdad la tienes, no te importa lo que no tienes. No se siente como que pagaste nada”, dice.

En su caso, el precio se puede explicar de muchas maneras, como las secuelas que le ha dejado la película en la que participa actualmente.

“Mañana tengo que regresar al set (de Drunk Parents), y nomás porque traigo medias, porque si me vieran los moretones que traigo de los stunts”, cuenta y sube un poco su vestido.

“No saben cómo nos estamos divirtiendo. Me encanta trabajar con él (Alec Baldwin), ya habíamos trabajado en 30 Rock, y ayer me propuso que hiciéramos un programa de televisión. Pero no puedo por mi niña, tendría que ser en Londres”.

VOZ DE PROFETA

Salma estuvo en México para promover la cinta El profeta, basada en el libro de Khalil Gibrán, que ella produce y en la que participan como actrices de doblaje Sandra Echeverría y Loreto Peralta.

Aunque la actriz aboga porque cada persona, en especial las mujeres, sean conscientes de sus decisiones y tomen las riendas de sus acciones, no podemos pasar por alto algunas de sus frases que nos invitan a reflexionar.

CUESTIÓN DE VIDA

Y MUERTE

“La primer cosa así grandísima que me enseñó mi abuelo Elías, por parte de mi padre, que era libanés, fue la muerte. Yo pienso que uno no empieza a tratar de entender la vida hasta que no estuviste cerca de alguna manera de la muerte”.

NI VOCERA NI PROFETA

“Yo no le quiero dar voz a las mujeres. Yo quiero que las mujeres encuentren su propia voz. Hay tanta presión de la sociedad, de las religiones, que te dicen quién se supone que tienes que ser desde pequeña, que es muy difícil que sepas quién eres. No te dan espacio”.

EN UN MUNDO DE HOMBRES

“Todos los sistemas del mundo están inventados por hombres. Las mujeres que se cuelan son las que aprenden cómo operar dentro del sistema de los hombres y cómo hacer para tenerlos contentos”.

MACHISMO EN HOLLYWOOD

“Empezó con mucho coraje (enfrentar el machismo), con mucho enojo, pero ahora ya no me enojo, ahora ya nomás me río. De que si yo proponía una cosa, bueno, ni te oyen, o sea tú estás aquí para hacer lo que te dicen.

“Yo creo que por eso no me casé en tantos años, porque yo decía: ‘Ahí es entrar a otro club donde también me van a estar diciendo (qué hacer)’”.

BAILA ESTA CUMBIA

“Cuando yo estaba empezando me ofrecieron Selena. Que después el director cobarde lo negó. Y me la ofrecieron antes de que empezaran a hacer toda la faramalla del casting. Tenía como dos semanas de muerta.

“Y yo le dije: ‘Esto es muy raro, ¿no? No me sabe bien ganarse un éxito de la muerte de una persona que se acaba de morir’”.