En 2016, a México llegaron 10 mil 107 millones de dólares de nuevas inversiones, una caída de 22 por ciento, respecto a 2015, según la Secretaría de Economía (SE).

En este rubro se miden los flujos de capitales que llegan al país por concepto de nuevas empresas con participación extranjera, adquisición total o parcial de alguna empresa mexicana ya constituida o registro de participación en fideicomisos de bienes inmuebles, y aunque no siempre ocurre, usualmente se asocia a nuevos proyectos productivos.

Del total de inversión extranjera directa (IED) que llegó el año pasado, el 37.8 por ciento corresponde a este rubro. En 2015, los 13 mil millones de dólares que llegaron correspondieron al 39.6 por ciento del total.

Según la Secretaría de Economía, el año pasado se registraron pocas operaciones extraordinarias sobre nuevos capitales que llegaron a México. Una de ellas fue la adquisición del laboratorio mexicano Rimsa por parte de la farmacéutica israelí TEVA, durante el primer trimestre de ese año.

“Las nuevas inversiones se detuvieron y lo que tenemos es la inercia de la inversión atribuible a lo que ya está establecido en el país”, explicó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

El experto explicó que el 60 por ciento restante que llegó al país, entre cuentas de compañías y reinversión de utilidades, se dirigió a nichos ya establecidos en México, muy probablemente de compañías que ya están establecidas y lo que están buscando es mantener su grado de operación que tienen en México, pero no aumentarla.