Con bombo y platillo los gobiernos de México y Estados Unidos festejaron lo que hoy se denomina el USMCA ( United States, Mexico, Canada , por sus siglas en inglés). Esta nueva nomenclatura sustituye a la del TLC (Tratado de Libre Comercio). ¿Cuál es la verdadera algarabía detrás de esto? En política no existen coincidencias y debemos reconocer nos guste o no, que el presidente de los Estados Unidos, impuso su estilo y manera de negociar desde que llegó el poder. Esto lo veremos reflejado en las próximas elecciones del 6 de noviembre donde nuestros vecinos elegirán su Congreso. Sí el partido Republicano obtiene la mayoría, Trump podrá gobernar conholgura política y tendrá el respaldo que tanto ha necesitado estos años para consolidar sus propuestas y proyectos gubernamentales. Para lograr este escenario el discurso del presidente ha sido apoyar el consumo interno, generar más empleos, así como defender a su país de la llegada de migrantes. Inició una guerra comercial contra China para mostrar supremacía política y económica. A otros países como al nuestro, les impuso aranceles en el acero para incentivar su producción local y de paso enviarnos una señal: o renegociábamos el TLC o ese sería el camino a seguir con otros productos. Lo mismo hizo con Canadá. Por ello no es sorpresa que ambos países cedieran en algunas cláusulas que al final fortalecen en su discurso político para las próximas semanas. Tal es el caso del incremento en el contenido de los vehículos que debe ser fabricado en cualquiera de los tres países, pasando del 62.5% al 75%, así como la condición de que el 40% de los sueldos pagados al personal que labora en estas empresas sea de 16 dólares la hora. Logró que Canadá permita el ingreso de más lácteos producidos en Estados Unidos, con lo que beneficia directamente a los ganaderos locales. Para México cumplir algunos de los nuevos requisitos establecidos en esta nueva propuesta va a ser benéfico como cuando se firmó el TLC; nos va a obligar a ser mejores, más eficientes, productivos y competitivos. Si a esto le agregamos que paulatinamente y conforme la economía del país lo vaya permitiendo, se incrementarán los sueldos, todos saldremos ganando. Existe un apartado del nuevo documento que llama mucho la atención y tiene que ver con la manipulación monetaria o control de divisas. En el momento histórico que estamos viviendo y ante la llegada de un gobierno con distintas ideas financieras y económicas, que esté establecido en este documento (que será avalado por nuestro Congreso) nos garantizará que no habrá tentaciones por parte de los nuevos funcionarios para manipular el tipo de cambio y que seguirá siendo el mercado quien regule las divisas.

Todavía faltan varios meses para que se apruebe esta nueva versión del tratado. ¿Ganó Trump? En el corto plazo pareciera que sí, al menos obtuvo los resultados que esperaba. En el mediano y largo plazo lo sabremos en noviembre, pasando las elecciones. Si se llega a firmar el actual documento final del día ganaremos los tres países.