Se antoja interminable la parodia de campañas políticas matutinas, vespertinas y nocturnas engendradas con la cacofonía superflua de los candidatos y “las candidatas” a la presidencia de la República, al Congreso de la Unión, congresos locales, gubernaturas y centenas de alcaldías.

CONCIERTO DE CACOFONíAS
Ya se comienzan a escuchar y hartar —y va para largo—las cantinelas del cuatro veces secretario de Estado; del tres veces candidato a Los Pinos, la charlatanería del merolico panista y la cortedad de Margarita, la señora del rebozo. Los mexicanos y “las” mexicanas tendremos que soportar durante semanas y semanas la labia insustancial de cientos de camaleones y jilgueros. Legiones de merolicos que parlotean en radio, televisión y en cientos de videos difundidos en las redes sociales.

Ahora bien, si bien es cierto que esos camaleones y camaleonas; jilgueras y jilgueros romperán marcas de verborrea, también será verdad que se les acaban las ideas y repiten y repetirán una sola canción con una sola tonada.

Como ejemplo de lo anterior, el disco de los candidatos a la presidencia ya comienza a rayarse: J.A. Meade, López Obrador, R. Anaya prometen aumentar salarios, pensiones para ancianos, discapacitados y madres solteras; becas a estudiantes; casas a obreros, bla, bla, bla…

Esos tres remedo de cruzados a la antigüita y la señora Zavala, la del rebozo, engañosamente emprenden expediciones sacrosantas contra la corrupción, la impunidad, las injusticias.

Cual caballeros de leyenda jinetean modernos Rocinantes, de cuatro patas; presumen relucientes armaduras (que cubren chalecos contra balas), enarbolan sus intachables blasones—PRI, tricolor; Morena, marrón, PAN, albiazul—. Recorren, junto con sus Dulcineas, un país sin mancha, como es México—según ellos—, armados con lanzas para embestir los molinos de viento del fuero abusivo, de la impunidad, la complicidad, la corrupción.

Sin embargo, a fin de cuentas de nada servirán las armaduras, las cruzadas emancipadoras si todas las promesas y los compromisos que firman ante notarios, repetidos miles de veces, son iguales, calcados de lo expuesto hace seis años por Peña Nieto; hace 12 por Felipe Calderón; hace 18 por Vicente Fox; 24 y 30 años atrás por Salinas de Gortari, De la Madrid.
Parafraseando a Galileo, refiriéndose al globo terráqueo: “Y sin embargo, se mueve”, en México vivimos esa antítesis por obra y gracia del enano copetudo inventor de la frase timadora “Mover a México” que cumplió cabalmente en estos seis años: “mover” es sinónimo de “joder” . Hoy, estamos igual o peor de fregados que hace 40 años.

CATERVA DE SINÓNIMOS
Candidatos: pretendientes, aspirantes, postulantes, demandantes, suplicantes, reclamantes.
Políticos mexicanos: astutos, sagaces, hábiles; vividores; camaleones, chapulines, grillos, polacos.
Oradores: predicadores, demagogos, retóricos; jilgueros, merolicos.
Nuevos diputados: principiantes, neófitos, bisoños, inexpertos, aprendices.
Discursos: arengas, peroratas, sermones, diatribas, invectivas.
Verborrea: charlatanería, palabrería, labia, facundia, locuacidad.
Mimetismo: semejanza, imitación, disfraz, adaptación.
Cacofonía: discordancia, repetición, reiteración, monotonía.