El gobierno federal ya cerró la cortina, y para que a todos les quede claro que esto ya se acabó la Secretaría de Hacienda reporta que la lana que le tocaba a estados y municipios ya fue entregada en tiempo y forma; bueno, eso es al menos lo que la dependencia asegura, o lo que es lo mismo, aquí se rompió una taza y cada quien para su casa.
Y mientras esto ocurre a nivel de la federación, en los estados y concretamente en Hidalgo las versiones son contrarias.
Con el pretexto de que no hay recursos, en la zona metropolitana de Pachuca y municipios conurbados la queja más frecuente es:
“A mi coche se le chingó la suspensión por los baches”.
Un día sí y otro también el reclamo es el mismo entre la población por las condiciones en que se encuentran las calles ya sea principales o secundarias.
Y es que tal parece que las versiones de quienes deben dar la cara por lo que ocurre en la infraestructura vial de la zona metropolitana son controvertidas.
Unos aseguran que la falta de presupuesto es lo que impide que se realice una rehabilitación en forma de las calles y, como ya es costumbre, el municipio dice que el estado no le asigna recursos, y el estado dice que no han llegado los dineros de la federación, y la federación dice que ya los entregó.
Total que ante estos dimes y diretes la población se pregunta:
¿Dónde está la lana?
Mientras se resuelve el misterio de los dineros, lo cierto es que las calles son una desgracia y una clara muestra de la falta de atención que por años ha padecido la infraestructura vial.
Curiosamente llama la atención que la Secretaría de Obras Públicas ha informado en algunos de sus comunicados sobre el apoyo que han prestado a otros municipios en el arreglo de calles, pero jamás mencionan que lo hayan hecho en la capital.
¿Qué los capitalinos no son hidalguenses?
O ¿el apoyo es discrecional?
O ¿es solo para cuates?
Ante esta situación de inconsistencia en la información de la realidad de asignación de recursos para el ejercicio de obras, ¿no les parece que ya es tiempo de empezar a pedir cuentas?
Recientemente escuchamos el detallado informe que el gobernador Fayad rindió a los hidalguenses sobre lo realizado en un año, lo cual forma parte de sus atribuciones y obligaciones.
Ahora lo que falta es que los ciudadanos nos comprometamos a dar fe de que efectivamente esas obras públicas se realizaron.
Es momento de hacer un frente común gobierno y ciudadanos para que, en un acto de congruencia, corroboremos los dichos de los encargados de la administración del estado y, al mismo tiempo, si se nos llena la boca a los ciudadanos afirmando que pagamos nuestros impuestos, entonces verifiquemos que esos impuestos que decimos que pagamos sean usados en bien de la comunidad.
Porque es bien sencillito dejar toda la carga al gobierno, sin que seamos capaces de estar al tanto de los destinos de nuestra ciudad, poblado, ranchería.
Así como los ciudadanos están como cuchillito de palo, chingue y chingue con lo de los baches, también es bueno que esa preocupación se extienda a otras ciudades, porque Hidalgo no se circunscribe a Pachuca.
Es hora de comprometerse como sociedad a hacer efectiva la Contraloría Social y no después nos hagamos los enojados porque no se cumplen los ofrecimientos.
Y también es de esperarse que los funcionarios se dejen de simulaciones y en verdad actúen con responsabilidad y no esperar a que el malestar social se traduzca en acciones violentas irremediables.

Palabras más, palabras menos.
Se extraña la difusión de las acciones de gobierno con verdadero contenido. Es una falta de respeto, para quienes han dejado su esfuerzo en obras de beneficio a la población, que los anuncios dejen mucho que desear en cuanto a calidad.
Talento hay en Hidalgo, sobre todo de jóvenes, pero parece que eso es lo que menos se toma en cuenta a la hora de comunicar logros.