Recordamos que en septiembre de 2012 la obesidad priista se adueñaba por enésima ocasión con mayoría absoluta en la cámara de Senadores con 61 escaños y 241 curules en la Cámara de Diputados. Ayer, seis años después, cambió por completo el panorama político mexicano, el enclenque grupo del PRI en el Senado se compone solamente de —catorce— parlamentarios, entre ellos dos exgobernadores, Beatriz Paredes, de Tlaxcala, y Miguel Angel Osorio, de Hidalgo.
En la Cámara de Diputados, el otrora obeso priismo enflaqueció de 241 a sólo 47 representantes.

MORENA, PRIMERA FUERZA
Debieron transcurrir décadas de la hegemonía prigobierno para que surgiera Morena que suma desde ayer 55 senadores y 247 diputados—191 propios—y los 56 de los partidos del Trabajo y Encuentro Social.

OTRORA LEGISLADORES RECICLADOS
Hace un sexenio hubo el fenómeno de que 138 legisladores se reciclaron y se ensamblaron en las cámaras legislativas, mezclados entre 500 diputados y 128 senadores.
Esos 138 legisladores reciclados—chapulines (que botan y rebotan como pelotas de goma)—, saltaron durante 12 años del palacio legislativo de San Lázaro a la Cámara de Senadores.
Y, sin embargo, con todo y Morena, seguirán saltando.
Cuatro de esos 138 saltamontes representaban a Hidalgo: Jesús Murillo –terminó como senador y entró como diputado presidente de la mesa directiva de la LXII Legislatura—, José Antonio Rojo, Omar Fayad y David Penchyna, que concluyeron sus diputaciones e ingresaron al Senado.

LOS RECICLADORES
Varios gobernadores priistas fueron recicladores de los 138 chapulines, de acuerdo con dirigentes de los partidos políticos. Entre los 500 relucientes diputados figuraron 27 senadores salientes, 43 exdiputados federales; empresarios, líderes gremiales, ex diputados locales y exalcaldes.
De los 128 senadores electos en 2012, 15 ya habían sido senadores; 33 diputados federales salientes; 10 exgobernadores; cuatro exsecretarios de Felipe Calderón y siete líderes sindicales.
Hacía años que los mandatarios estatales priistas, panistas y perredistas utilizaron el arcaico sistema de “quita y pone”, usando la chatarra de líderes venales para otorgar prebendas a cúpulas empresariales, sindicales y centrales obreras obsoletas.
Por ejemplo, fueron senadores en el sexenio de Peña Nieto los ex gobernadores Ismael Hernández Deras, de Durango; Patricio Martínez, de Chihuahua; René Juárez, de Guerrero; Enrique Burgos, de Querétaro; Félix González Canto, de Quintana Roo; Manuel Cavazos Lerma, de Tamaulipas; Teófilo Torres, de San Luis Potosí; Amalia García Medina, de Zacatecas; Ernesto Rufo, de Baja California Norte.

LAS CUOTAS DEL PRI
Los dirigentes sindicales Carlos Romero Deschamps y Ricardo Aldana, del sindicato petrolero; Armando Neyra Chávez, Carlos Aceves y Fernando Salgado, de la CTM; Joel Ayala, de la FSTSE; Isaías González Cuevas, de la CROC; Gerardo Sánchez, de la CNC, y Francisco Grajales, líder ferrocarrilero.

LOS CUATES Y LA SANGRE DEL SEÑOR PRESIDENTE
La suerte de ser amigos del presidente Felipe Calderón —que entregó el poder a Enrique Peña Nieto– engendró senadores a Ernesto Cordero, Roberto Gil, Javier Lozano, Salvador Vega y Alonso Lujambio; Luisa María Calderón—hermana de Felipe— y Mariana Gómez del Campo, sobrina de Margarita Zavala de Calderón.