Terminaron las campañas, terminaron las elecciones, terminó la participación de México en el Mundial de Rusia y terminaron las esperanzas para muchos; los resultados obtenidos no fueron los más esperados ni en el futbol ni en el proceso electoral, algunos simplemente no salían de la sorpresa de ver el fin de una era y otros afirman que fue el resultado de un mal trabajo de varios años, temporadas, sexenios.
No se sabe con seguridad lo que vendrá, lo único cierto es que los cambios anunciados podrían comenzar a verse en los meses siguientes y ya se verá también si todas las promesas se cumplen, si todos los votos puestos en las urnas cumplirán al menos con las más esperanzas deseadas por millones dentro y fuera del país.
Lo que llama la atención es que, a raíz de los resultados de las votaciones, de manera mágica apareció un sentimiento nacionalista nunca antes visto.
Y llama la atención que haya la disposición de la sociedad, cuando menos de dientes pa´fuera, de unirnos todos para cambiar y participar con el gobierno, sea del color que sea.
Coincido una vez más con el gobernador Fayad, es momento de ir pa´delante con todo, cómo chingados no.
Mientras tanto en las calles de la ciudad todos intentan volver a la normalidad, la gente asiste temerosa a sus trabajos, sienten la incertidumbre de qué pasará con el nuevo gobierno, algunos van con la cabeza en alto de ser de los que no se sumaron a un cambio y otros más con prudencia intentan sólo esperar los comentarios, las indicaciones y el rumbo que llevarán sus vidas.
Y ahora voltear a ver lo que preocupa en el país y en el estado. En Hidalgo las cosas intentan continuar, y volvemos a ver lo que está mal: las calles siguen con miles de baches, hoyos, cavernas, producto de unas lluvias no esperadas en unas calles no preparadas para estos cambios climatológicos. Basura por todos lados en una ciudad sin una conciencia de respeto a lo más elemental que es la cultura de la limpieza. Cientos de lonas, espectaculares y propaganda que tradicionalmente cada elección solo ensucia la ciudad. Esas lonas bien podrían servir para aquellas viviendas en las que los techos, muchos de ellos de lámina, no han aguantado las granizadas de días anteriores, ojalá que los partidos donen ese tipo de material, que aunque no los benefició en la contienda, sí podría ayudar a quienes más lo necesitan.
Voltear a ver también la inseguridad, desapariciones de personas, robo de autos, asaltos cada vez con más frecuencia en todo el estado, con más descaro y más violencia.
Y no olvidar que debería ser una época de reconciliación real, sin represalias, sin venganzas, que exista un impulso de mejorar desde casa y no creer que todo es culpa o deber del gobierno, del partido que sea, y no únicamente de nosotros sino de todos en conjunto.
Veamos qué nos depara el rumbo del país, de la política y de las decisiones de quienes tendrán que reflexionar su actuar antes y después de esta contienda electoral.
Intentemos volver a la normalidad después de un proceso largo, desgastante, aburrido y lleno de agresiones entre quienes no se benefician en nada en la lucha por el poder.

PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS
Hoy Estados Unidos celebra su independencia, aunque dicha celebración se ve cuestionada ante un gobierno racista, implacable e insensible ante el dolor de los migrantes, muchos de ellos hidalguenses, y de un dolor de hombres y mujeres separados de sus hijos por una inminente medida migratoria. Y ante tanta culerez del Trump, ya es momento de que México, aprovechando esta ola de nacionalismo, se arme de huevitos y reclame por el respeto que nos merecemos.