En 2016 un tímido anuncio con muy limitada difusión, confirmaba que el Instituto Hidalguense para el DesarrolloMmunicipal Indemud había obtenido el reconocimiento de la mejor institución de gobierno para trabajar en México, además de ganar el primer lugar en políticas de género en el sector público.
Ustedes se preguntarán ¿y que chingados es eso?
Se trata de una evaluación que realiza Great Place to Work, un organismo internacional, y que consiste en calificar si los trabajadores se sienten contentos en su chamba, y para ello tomaron en cuenta la confianza, orgullo de pertenencia, compañerismo, armonía entre la vida laboral y personal, ambiente libre de acoso u hostigamiento sexual, compromiso y lealtad de sus colaboradores, equidad de género; total, lo que un empleado considera un gran lugar para trabajar.. Además se evalúan instalaciones, incluso los baños de las oficinas, para medir lo confortable del lugar de trabajo.
Es importante precisar que esta evaluación no es obligatoria, así que le entra quien quiere y el Indemun le entró y se sometió a la rigurosa fiscalización que al final les llevo a ganar el premio en México.
Resulta que este 2018 lo volvieron a hacer los integrantes del Indemun y fueron incluidos en la lista del “Ranking de los mejores lugares para trabajar de América Latina” O sea algo deben estar haciendo bien.
Indemun tiene 30 trabajadores, a quienes se les aplicaron una serie de cuestionarios y entrevistas para saber a ciencia cierta si trabajaban a gusto y en un buen ambiente laboral.
¡¡¡¡¡¡SOLO 30 TRABAJADORES!!!!!

El número de trabajadores del gobierno de Hidalgo es cercano a los 10 mil y, no obstante que durante esta administración aseguran se ha privilegiado la evaluación, nadie se ha preocupado por saber si estos 10 mil empleados están a gusto y consideran que hay un clima laboral confortable.
¿Pos no que tan preocupados por un gobierno que busca el bienestar de sus trabajadores?
Y si nos remitimos estrictamente a los números, significaría que de los 10 mil trabajadores, según la evaluación del 2018 de la firma internacional que califica el ambiente laboral, en el gobierno de Hidalgo solo el 0.3 por ciento está contento en su chamba.
Así de fregados estamos los hidalguenses, aunque, para ser honesta, el porcentaje no es mucho mejor en el país.
Según esta prestigiada calificadora que tiene presencia en varias partes del mundo, son los países escandinavos la neta en eso del clima laboral y, si nos sirve de consuelo, ningún estado del país ha participado en este ejercicio.
Lo que sí es un hecho, es que en eso de buen ambiente laboral estamos amolados.
A ningún empleador, sea de gobierno o de la iniciativa privada, le interesa que sus trabajadores tengan un buen clima laboral.
En la mayoría de los casos, salvo honrosas excepciones, lo que importa es la productividad, aunque los baños de las oficinas huelan horrible o los muebles de las recepciones sean del siglo pasado o los trabajadores tengan que comprar sus sillas o lleven su papel sanitario.
Una estrellita de reconocimiento para Indemun y tache para todos los empleadores de Hidalgo, porque si un trabajador está a gusto en su empleo, eso se reflejará en el desarrollo de un pueblo, y por lo visto eso a nadie le importa.

Palabras más, palabras menos
Esos candidatos de plano andan desatados prometiendo a diestra y siniestra lo que difícilmente podrán cumplir.
Algunos por ser primerizos, que son los menos, y otros porque ya tienen harta experiencia.
Lo cierto es que algunos candidatos que ya se sienten ganadores solo porque según ellos están bajo el amparo de quien va arriba en las encuestas, están ofreciendo que de llegar a la Cámara ahora sí van a legislar para abatir la pobreza.
¡¡¡Qué huevos!!! Como si la pobreza desapareciera por decreto.