Emociones
 
Hace (66) meses
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“Tu capacidad para aprender y desarrollar tus habilidades emocionales, depende fundamentalmente de tu actitud”

 

Desde la psicología podríamos decir que los pensamientos producen emociones y esas emociones producen más del mismo pensamiento que las creó, lo cual a su vez ampliará el pensamiento que traerá como consecuencia la expansión de la emoción, es decir, entre más tenemos un mismo pensamiento negativo, más intensa es nuestra emoción negativa y entre más intenso es el sentimiento negativo más vueltas le daremos al mismo pensamiento, es un circulo vicioso, quizás es como la rueda de un hámster corriendo en el mismo sitio sin avanzar.

La física cuántica va un paso más allá y dice que un pensamiento produce una emoción y ese sentimiento genera un resultado, es decir, materializas lo que piensas y sientes; en otras palabras, lo que piensas y sientes, lo atraes de una u otra manera a tu vida. Por lo tanto, tenemos la capacidad consciente e inconsciente de crear nuestra propia realidad, lo que quiere decir que somos, literalmente, los arquitectos de nuestro propio destino y los creadores de nuestra propia realidad, así que amigo, amiga la realidad que vives en este momento tu la has creado, buena o mala, mejor o peor, tú eres el creador.

La física cuántica, la cual realiza estudios totalmente científicos, ha podido determinar que todo lo que existe sobre el universo, está hecho de la misma energía, solo que, a frecuencias diferentes, es decir que si tus pensamientos y emociones son negativos estarán atrayendo situaciones, cosas y eventos negativos que se encuentran en la misma frecuencia y como consecuencia los estarás atrayendo hacia ti.

Esto quiere decir, que en diversas situaciones respondemos a las emociones negativas con rendición sin oposición, como algo que no nos permite escapar de ahí y lo único que hacemos para defendernos es procurar que los golpes nos duelan lo menos posible.

Las emociones realmente negativas no aportan nada a nuestra vida y sí destruyen, son inútiles y perjudiciales; esto conviene tenerlo muy claro, antes de calificar una emoción porque el hecho de que no sea de nuestro agrado o que nos provoque algún tipo de dolor no quiere decir expresamente que sea negativa, a veces es necesario que nos pase algo que nos remueva mucho para que nos pongamos en marcha y reaccionemos, y si ese es el caso con la emoción a la que denominamos negativa tenemos que cambiarle la etiqueta y ponerla en su lugar, positiva (aunque dolorosa), mientras no la comprendemos.

Las emociones positivas aportan riqueza a nuestra vida, aportan sentimientos sublimes, contacto con nuestra parte sensible, de esperanza, ilusión, las emociones nocivas, por el contrario, son estresantes e incapacitantes. No se le debe culpar a las emociones de los terremotos que nos provocan a veces; esto es absurdo aunque justificable, solo recuerda que somos nosotros con nuestra resistencia a no aceptarlas, quienes las etiquetamos como dolorosas, trágicas, deprimentes o cualquier otro de los muchos sinónimos que tienen estas palabras; es más, podríamos llegar a afirmar que las emociones que calificamos como negativas si nos limitamos a sentirlas, a observar donde nos ha afectado y por qué o para qué e inmediatamente fuésemos capaces de soltarlas y permitir su disolución, entonces nos dejarían una enseñanza y nos mostrarían una flaqueza y un punto en el que podamos mejorarnos y eso es positivo para nuestra evolución.

Las emociones, todas y sin etiquetarlas, aportan humanidad, cualquier motivo que nos haga contactar con nuestra parte sensible, humana, emotiva, en principio es bueno y positivo, las que creemos que no nos van a aportar absolutamente nada, es mejor descartarlas inmediatamente. Por eso amiga amigo, tenemos que estar atentos de nuestras emociones todo el día, de cómo reaccionamos a nuestro entorno, con la familia, en el trabajo, con la pareja, con los hijos, donde quiera que vayamos debemos de mantenernos alertas y ver como nos influencian las emociones. No todas las emociones positivas y/o negativas son nuestras, muchas vienen de fuera, las positivas las debemos recibir con los brazos abiertos y las negativas debemos analizar el porqué las recibimos, que tenemos qué aprender o donde está nuestro punto débil de vida. Debemos recordar que las emociones positivas o negativas son un estímulo que pueden provocar distintos resultados en función de la interpretación que uno haga o de las reacciones inconscientes que tenemos como respuesta a cada acto.

Como última reflexión de estos artículos que hemos tenido sobre las emociones mi invitación es: Aprendamos a convivir con todas, agradecer su existencia y su presencia en nosotros, no descarten nunca una emoción sin antes haber comprobado qué nos quiere decir o qué nos puede aportar a nuestra vida o a nosotros como personas, no hay que esconderlas o disimularlas porque al final somos humanos y forman parte de cada uno de nosotros y algún sentido tienen cuando existen, eso no lo dudes; que puede haber emociones negativas que te pueden enfermar, es cierto, solo si tu lo permites y tratas de esconderlas en vez de analizar el por qué; muchas emociones te pueden dar la oportunidad de crecer como persona, sí, si las identificas y les permites crecer, eso es quizás lo más importante. Por eso hoy cierro con este largo andar que hemos tenido durante estos cuatro artículos sobre emociones.

Aprende y reconoce todas tus emociones. Hoy te dejo con tus reflexiones. Como siempre te deseo larga vida, salud y prosperidad.

 

 

Alberto Tristany Zarauza

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