El Palmeiras brasileño trata hoy de clasificarse a la final del Mundial de Clubes, cobrándose de paso la venganza sobre el Al Ahly egipcio, que le derrotó en el partido por el tercer puesto en la edición precedente.

El ganador de ese choque en el estadio Al Nahyan, entre el campeón de Copa Libertadores y su homólogo de la Champions League de África, se juega el cetro mundial con el vencedor del choque entre el Chelsea, vigente campeón de la Liga de Campeones de la UEFA, y el Al Hilal, campeón de Asia, que jugarán el miércoles.

El Verdao está a dos partidos de ver su nombre en el palmarés de la competición junto al de sus compatriotas Corinthians (2000, 2012), Sao Paulo FC (2005) e Internacional de Porto Alegre (2006), los únicos equipos que, hasta ahora, pudieron triunfar sobre Europa en el Mundial de Clubes.

El cuadro de Sao Paulo se ve las caras de nuevo con el equipo que le apartó del podio en la última edición. Pero las aspiraciones son máximas en el conjunto dirigido por Abel Ferreira ante el reto de ser la primera institución no europea en proclamarse campeón mundial desde 2012.

“Este club posee un gran historial. Sabemos lo que significa este club para los aficionados (…) Tenemos muchísimas ganas de conseguirlo (el título mundial) por ellos”, afirmó para la web de la FIFA el volante brasileño Dudu.

Pero para ello el representante de la Conmebol deberá derrotar al histórico equipo de El Cairo, que ostenta las plusmarcas de títulos de campeón de África (10) y de Egipto (42).

En la otra semifinal, el Chelsea de Londres es el gran favorito para alzarse con el único gran título que falta
en sus vitrinas.

Su primer rival en el torneo es el Al Hilal saudita, entrenado por el extécnico del Mónaco Leonardo Jardim y que cuenta con delanteros de gran talento, como el maliense Moussa Marega, y el peruano André Carrillo (ambos marcaron en la goleada 6-1 en cuartos al Al-Jazira local), además del centrocampista colombiano Gustavo Cuéllar.

AFP I Abu Dabi