En el final de la sesión, Hamilton se quejó de la calidad de sus neumáticos superblandos y regresó de manera prematura a los boxes.

De manera paralela a la competición, Mónaco fue escenario de un momento especial.

Los Rosberg, padre e hijo, Keke y Nico, ambos expilotos de Fórmula 1 y exvencedores en Mónaco, dieron dos vueltas al volante de los monoplazas con los que ganaron en sus días los títulos mundiales, el Williams FW08 de la temporada 1982 y el Mercedes W07 de 2016.

Después posaron en la línea de salida con el Príncipe Alberto de Mónaco y con dos de los principales dirigentes de la Fórmula 1, Chase Carey y Ross Brawn.

El viernes, como es tradicional, será día libre en Mónaco, antes de que la Fórmula 1 recupere su ritmo habitual de cada fin de semana, decidiendo el sábado la parrilla de salida y con la carrera el domingo.

Teniendo en cuenta siempre la importancia de una buena situación en la parrilla, en un circuito urbano donde es difícil adelantar.