Paciente de Ecatepec denuncia que negligencia causó la muerte de su bebé
 
Hace (12) meses
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Foto: Especial

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Karina estaba por cumplir casi las 40 semanas de embarazo cuando, al sentir dolores muy fuertes, acudió un 27 de enero al Hospital de las Américas, en Ecapetec, adscrito a la Secretaría de Salud del Estado de México. Le hicieron un ultrasonido y, tras la detección de una circunstancia atípica, le aseguraron que probablemente tendrían que hacerle una cesárea. Pero después de desistirse y prolongar su labor de parto durante casi tres días, su bebé falleció.

Tras aquel primer ultrasonido, aunque fue hospitalizada, el personal médico insistió en esperar, pese a que ella había advertido que su médico particular ya anticipaba la necesidad de una cesárea.

“De ahí me empezaron a tratar muy mal; me pusieron medicina para que me empezaran a dar dolores y así estuve toda la noche del viernes. El sábado igual por la mañana tenía mucho dolor, pero no podía dilatar. Le pregunté al doctor qué iba a pasar conmigo, que ya me sentía muy mal, y me dijo: ‘Te tienes que aguantar, ya sabías a lo que venías’”, relata la joven de 25 años.

La única respuesta que recibió fue que debía esperar, mientras los médicos ya no le prestaban atención. La tarde de ese día, los dolores incrementaron, sin mayor respuesta del personal médico. Karina comenzó a sentir dificultad para respirar y le preocupó la posibilidad de que eso derivara en una convulsión por un padecimiento previo. Ante la advertencia que su mamá y ella hicieron a la doctora de turno, esta comenzó a exigirle que lo demostrara con un diagnóstico.

“Y ahí me dejaron. Yo sentía que la boca se me pegaba, ya no podía respirar… Me empezaron a pasar poco a poco las convulsiones y yo me desconecté. Les dije: ‘Ustedes no me quieren dar atención y yo me estoy muriendo aquí’. Y ella (la doctora) solo decía: ‘Mira, deja de estar de necia, compórtate’”, cuenta Karina. Volvió a pedir que le hicieran una cesárea y, de nuevo, no obtuvo respuesta.

Aunque en algún momento pensó en irse a otro hospital, no quiso poner en riesgo a su bebé y, ante la promesa de que finalmente la atenderían, confió en el personal médico. Después, vino una noche más con dolores y, posteriormente, sangrado. Para ese momento, ya habían pasado casi dos días desde el inicio de su labor de parto, en los que ella seguía pidiendo la cesárea.

Casi a las 5:00 de la mañana del domingo, Karina sentía que el bebé estaba por salir. Como ya ningún doctor la estaba atendiendo, su mamá fue en busca de alguno. Los doctores insistieron en que el parto concluyera de manera natural y, a las 7:30 de la mañana, finalmente nació el bebé. “Yo escuché que lloró y le pregunté al doctor qué (sexo) había sido, y me dijo que era un niño”, recuerda Karina.

El médico se fue por algunos minutos y al regresar le comunicó a Karina que su hijo acababa de fallecer. Argumentó que el llanto provenía de otro nacimiento. La joven reclamó la negativa a la cesárea que tanto había pedido y la ausencia de una atención y monitoreo adecuados, pero no recibió mayor explicación.

Su caso se suma a otro sucedido en diciembre de 2022, en condiciones similares en el mismo hospital. En una entrevista en televisión, María Pérez relató cómo la hicieron esperar primero para después negarle la cesárea que había pedido mientras el doctor le decía: “No, tú vienes a chingarle porque nadie te mandó a abrir las piernas”. Durante 10 horas, dejaron transcurrir la labor de parto para que su bebé naciera de manera natural y, finalmente, falleció.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021, tres de cada 10 mujeres que tuvieron un parto en los últimos cinco años en México sufrieron algún incidente de maltrato obstétrico, es decir, casi 2 millones y medio. Sin importar la cantidad de población que atienden, los mayores porcentajes de maltrato están en los servicios públicos de salud, que registran prevalencias de entre 27% y 40% dependiendo de la institución.

Se publicó que en México no existen mecanismos para sancionar a médicos que ejercen violencias o malas prácticas. Las demandas civiles o las denuncias penales tardan años y las instancias gubernamentales son inoperantes. Además, los órganos colegiados, como el Consejo Mexicano de Ginecología, niegan la existencia de la violencia ginecobstétrica, mientras médicos denunciados continúan ejerciendo en la impunidad.

Denuncia sin respuestas

Karina decidió levantar una denuncia penal ante el Ministerio Público por el fallecimiento de su bebé. El hospital argumentó desde el primer momento que había nacido sin frecuencia cardiaca, mientras que la autopsia derivada de la denuncia demostró que había nacido vivo.

“Una como madre no se equivoca: yo escuché a mi bebé llorar y en la autopsia salió que nació vivo. Ellos mintieron ahí y trataron de lavarse las manos engañándome que mi niño estaba muerto; era la única que me estaba aliviando ahí. No me lo quisieron enseñar, luego luego se lo llevaron”, reclama Karina.

Ella asegura que, tras su declaración, no ha habido ningún seguimiento específico a la denuncia. El Hospital de las Américas, acusa —y así lo confirmó el abogado que inicialmente asesoró la denuncia—, se mostró poco cooperativo para entregar los documentos de alumbramiento del bebé. En tanto, la mamá de Karina lamenta haber confiado en que los médicos del hospital tenían la experiencia y el conocimiento para atender a su hija.

“El bebé se murió; era obvio que se iba a morir: tres días la tuvieron con dolores ahí, era lógico que el bebé no iba a soportar tanto. De hecho, en el estudio (inicial) salió que el bebé tenía poco líquido y ya tenía que nacer. ¿Por qué le hicieron esto a mi hija?”, cuestionó la mamá de Karina cuando supo del fallecimiento y ante la falta de respuestas.

Después de eso, es el esposo de Karina quien puede recapitular cómo fue la denuncia ante el Ministerio Público, a donde acudió con su cuñado Cristian. “Nos movimos para el MP, pero ya era domingo por la noche, a las 12:00, cuando fue el levantamiento del cuerpo… Hubo falta de información (del hospital) y cuando ellos se lavaron las manos, fue por esa causa que acudimos al MP”, relata.

Hasta ahora, la familia está en espera de alguna novedad o seguimiento a su denuncia, con la expectativa de obtener justicia por lo que, acusan, fue una negligencia médica. El día que Karina llegó al Hospital de las Américas para atender su parto era la primera vez que acudía a ese servicio público, y fue porque sus recursos no le alcanzaban para pagar los 25 mil pesos que una clínica particular le requería.

Con información de Animal Político

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