Sentado sobre el cofre del taxi metropolitano de Pachuca que maneja, apoyando sus botas chatas tipo vaquero en la defensa, está Oscar León García conocido como “Logan” o “El Wolverine”.

No hay día que algún pasajero o pasajera, que abordan el taxi que conduce diariamente en la periferia metropolitana de Pachuca y Mineral de la Reforma, le pidan una selfie tomada con el celular para el recuerdo.

Incluso hay chavas quitadas de la pena que se lo han querido ligar. Sin embargo “yo soy un hombre de familia”, comenta Logan quien desde hace años decidió encarnar al personaje mutante de comic de los X-Men, cuyo poderes radican en poseer un factor curativo, extremadamente aumentado, junto cuchillos que salen de sus puños de las manos.

Oriundo de la comunidad de El Mercillero, Epazoyucan, desde hace cuatro años Logan comenzó a trabajar de taxista. El particular estilo (peinado, barba, playera ajustada, jeans y botas) empezó desde los 14 años, cuando vivía en el Distrito Federal.

“Yo no conocía quién era Wolverine. Sin embargo comencé a peinarme cómo él desde que tenía 14 años de edad, cuando vivía en la Ciudad de México. Recuerdo que por esa época estaba de moda, entre los chilangos, que se peinaran con los pelos parados”, comenta el joven taxista de 27 años de edad.

Cuando salió la película “Los X-Men 2” fue que conoció al personaje de Wolverine, con el particular peinado, la barba y las garras, de quien inmediatamente se identificó ya que el  parecido físico era sorprendente.

Aunque asegura “yo no vivo de la imagen de Wolverine, vivo de esto (al tiempo de golpear levemente, con el puño cerrado, el chasís del taxi). No voy a eventos, ni me alquilo para fiestas ni nada de eso. Lo hago porque me gusta y lo he traído desde que viví en la ciudad de México, en Estados Unidos y hasta cuando estuve en prisión”.

Su estancia en la cárcel le ayudó a centrarse y reflexionar sobre su futuro: “eso es pasado y todos tenemos la oportunidad de cambiar. En ese tiempo era un chamaco y tarde que temprano te caes de la nube y el hecho de estar en la cárcel, fue bueno pues si no hubiese sido de esa manera no tendría lo que tengo y no es tanto lo material, sino la tranquilidad. Si no la riegas, no aprendes. Yo pienso que el peor error que se puede cometer en esta vida es no aprender de los errores y afortunadamente he aprendido”, expresa.

Diariamente, Logan sale en su taxi a ganarse la vida, pues para él, el trabajo es una necesidad, más que un gusto. Sin embargo, intenta combinar pasión con trabajo, lo que ha hecho que este viaje le sea más placentero.

Mientras, señala el taxi, muestra los pequeños detalles que caracterizan el vehículo que van desde la sombra del parabrisas y el emblema de la parrilla del vehículo, que trae una “X”, hasta el nombre de Wolverine plasmado en el medallón para que lo identifiquen.

– ¿Alguna vez te han asaltado?

– Me han querido asaltar. Pero por las dudas siempre cargo mis “amiguitas” (sus garras). Hoy es muy peligroso, hace un años, en un asalto, mataron a dos de nuestros compañeros”, comenta.

Logan, actualmente es representante de la agrupación de taxistas que hacen base a las afueras de Plaza Q, en el municipio de Mineral de la Reforma, donde se tiene un convenio para prestar el servicio de transporte público. Ahí lo pueden encontrar trabajando, de lunes a domingo.