La Chinesca, huella bajo tierra de antigua comunidad china en México
 
Hace (11) meses
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Foto: AFP

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Un sótano oscuro, accesible por una ruinosa escalera, es uno de los vestigios del mundo subterráneo donde hace casi un siglo vivió la mayor comunidad de inmigrantes chinos en México.

La gruta, apuntalada por añosas vigas y pilotes, era uno de los ambientes de un viejo casino chino localizado en Mexicali, una ciudad fronteriza con Estados Unidos fundada en 1903 y capital del estado de Baja California.

Miles de asiáticos llegaron desde 1904 a esta urbe de temperaturas extremas como mano de obra barata para impulsar el entonces naciente negocio agrícola, pero también para invertir.

Venían desde su país, de Estados Unidos y de regiones mexicanas como Sonora y Sinaloa, de donde tuvieron que marcharse al ser víctimas de xenofobia y racismo.

Debieron “salir huyendo con niños en brazos para poder resguardarse y que no se los llevaran de regreso a China”, relata Rosy Chen, nieta de un cantonés que llegó en los años 1940.

Se estima que para 1920 entre 2 mil y 17 mil chinos vivían en Mexicali, pero su ingreso irregular y escasos registros oficiales impiden precisar la cifra.

Adecuar una estancia bajo tierra era una necesidad vital. En verano, la temperatura en Mexicali ronda los 50 grados Celsius y el subsuelo protegía del calor y de la persecución a los chinos, muchos indocumentados.

Su carácter hermético también explica esta decisión, dice José Gabriel Rivera, jefe del archivo histórico estatal.
“Allá abajo pasaban mil cosas que no se sabían arriba”, comenta el historiador, destacando que viviendas, dormitorios y hasta una logia masónica funcionaron en el subsuelo del actual Centro Histórico de Mexicali.

El refugio, conectado por túneles, fue un secreto resguardado por los chinos hasta que una desgracia lo reveló.
Según el relato popular, un feroz incendio mató hace 100 años a un número nunca aclarado de inmigrantes que
vivían allí.

Pero esta versión es objetada por la historiadora Yolanda Sánchez Ogás, quien sostiene que los subterráneos se construyeron después del desastre y funcionaron “hasta ya muy avanzado el siglo XX”.

Otros incendios, en los años 1940 y en 1992, agravaron su deterioro.

Nuevos propietarios de los edificios clausuraron los pasadizos, que permanecieron olvidados hasta que empresarios y autoridades iniciaron en años recientes el rescate del  Centro Histórico.

“La mayoría se encuentran abandonados, otros son privados porque [los edificios] quedaron con comercios mexicanos”, explicó Chen.

El viejo ambiente del casino es hoy parte del tour Orígenes y Secretos de La Chinesca, como se conoce a la manzana donde se establecieron los primeros negocios chinos, y sus misteriosos sótanos, desde los
años 1920.

Una mejor vida

Salvo el cuarto del casino, ambientado con mesas de juego y una ruleta, la recreación incluye reliquias donadas por familiares o halladas en los sótanos, refirió Chen.

También son exhibidas cartas de naturalización firmadas por los presidentes Porfirio Díaz (que gobernó entre 1877 y 1911) y Álvaro Obregón (1920-1924) o el acta de nacimiento de 1920 de un niño de padres chinos.
Asimismo, adornos, viejos letreros con ideogramas y fotografías de sitios históricos como el restaurante 19 –el primer chinomexicano, fundado en 1928– o el desaparecido Hotel Imperial, propiedad de un empresario apellidado Chi

Jean Arce I AFP

 

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