De acuerdo con la Ley de Protección y Trato Digno para los Animales vigente en Hidalgo, promulgada el 28 de febrero de 2005 y reformada el 4 de abril del presente año, es inviable, además de estar penado para las autoridades locales y cualquier persona, adoptar el sacrificio como medida de control para la sobrepoblación canina en las calles de Tula de Allende.

La semana pasada, vecinos del primer cuadro de la Capital Tolteca y de las proximidades del teatro al aire libre pidieron al municipio realizar una campaña de captura, esterilización, vacunación y puesta en adopción de perros en situación de calle, los cuales —dicen— “se han convertido en un riesgo para los transeúntes y la salud pública”.

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A esta moción se sumaron lugareños de las comunidades San José, Barrio Alto y Los Lagos, en El Carmen; en esta última, en noviembre pasado, una jauría atacó a una adulta mayor, dejándola herida.

Los inconformes plantearon a las autoridades lanzar una convocatoria para poner a los ejemplares en adopción, y en caso de que estos no sean acogidos por alguna familia, entonces se proceda al “sacrificio humanitario”.

El único censo de canes callejeros del que se tiene registro en Tula data de 2018; en ese entonces, la directora de Salud, Anael Cruz Cruz, señaló que, según las estadísticas recabadas, dos de cada 10 perros están en situación de calle; el resto, es decir, el 80 por ciento, “son semidomésticos”, lo que significa que tienen dueño, pero “todo el día andan fuera”.

Tras la tragedia de 2021, cuando se desbordó el río Tula, uno de los sectores afectados fue el de los animales callejeros, población que menguó debido a que muchos de ellos fueron arrastrados por las aguas negras; sin embargo, no existen datos duros de tal situación, solo hay registros periodísticos sobre el rescate de 15 canes, mismos que fueron dados en adopción por grupos protectores de animales.

De acuerdo con las normas vigentes, atender la petición de los residentes resulta imposible, pues lo prohíbe y sanciona la Ley de Protección Animal de la entidad, la cual, por ejemplo, dicta en su artículo 4, fracción I, que todos los animales tienen derecho a vivir y ser respetados, además de que los humanos tienen la obligación de cuidar a las especies.

Asimismo, en su fracción II agrega que todos los animales tienen derecho a la protección, atención y a los cuidados del hombre, contrario a los deseos de los inconformes; más aún, que en su cuarta fracción asegura que ningún ser humano puede exterminar a los animales solo porque sí.

Es de resaltar que el capítulo sexto en su artículo 22, fracción I, se prohíbe causar muerte, agonía o sufrimiento innecesario a cualquier animal sano.

La captura, esterilización, vacunación y campaña de adopción sí podría llevarla a cabo el ayuntamiento de Tula si es que se contara con un centro de control animal y de zoonosis dependiente del municipio; sin embargo, no lo tiene, a pesar de que así se ha requerido al municipio por parte del gobierno estatal.