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Hace (1) meses
La historia se repite en Ixmiquilpan

La presidenta municipal de Ixmiquilpan, Cristina Torres Labra, comenzó su gobierno en medio del caos, causado por la violencia, los problemas sociales y la incertidumbre, sobre la legitimidad de su autoridad, por haberse adelantado a los tiempos legales para asumir el cargo para el cual también fue votada en las urnas.

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La presidenta municipal de Ixmiquilpan, Cristina Torres Labra, comenzó su gobierno en medio del caos, causado por la violencia, los problemas sociales y la incertidumbre, sobre la legitimidad de su autoridad, por haberse adelantado a los tiempos legales para asumir el cargo para el cual también fue votada en las urnas.

El cuestionamiento ha surgido con mayor fuerza; es por los acuerdos además del magisterio y Nueva Alianza, con dos antagonistas del municipio, los grupos de Cipriano Charrez y de José Huerta, presidente del comité de administración del parque acuático El Tephé.

Entre los cambios previstos de la presidenta municipal destacan la del secretario general, que sería, Martín Ángeles; en Obras Públicas, Jorge Maldonado, y en la Tesorería, a Moisés Trejo, un excolaborador y amigo cercano a Cipriano Charrez, hoy identificado abiertamente con el Grupo Universidad, ente político antagonista al poder en el estado.

Los cambios dentro del gabinete se dan como una especie de suerte emergente para cambiar la realidad del municipio, un golpe de timón para poder redirigir al municipio, cuando solo estará al frente, si bien le va, cinco meses en el gobierno y los días restantes de marzo.

Al interior de la administración, se sabe que la comunicación con la presidenta municipal constitucional, Araceli Beltrán Contreras, está completamente cancelada. La hoy alcaldesa ya no le toma ni siquiera las llamadas para atender temas urgentes, relacionados con la firma electrónica para el registro de los proyectos de obra pública que deben subirse a la plataforma.

En Ixmiquilpan existe ya un antecedente, en 2016, cuando Cipriano Charrez fue presidente municipal dejó el cargo a su suplente, debido a que él se fue a campaña para competir por la diputación local, entonces por el PAN, la cual ganó.

Su suplente, un doctor reconocido en Ixmiquilpan, Mauricio Llaca, justamente cometió los mismos errores de la hoy alcaldesa en funciones: despedir personal y colocar en los espacios de primer nivel a personas, precisamente algunas ligadas al grupo Tephé.

Durante los 30 días, el objetivo era además de gobernar, hacer una especie de fiscalización para de ahí “amarrar” a Cipriano.

Apenas pasaban unas horas del triunfo de Charrez, ya como legislador electo, cuando, a su estilo, con un grupo de personas, echaron por la fuerza a los nuevos inquilinos incluyendo al respetado presidente elector. Cipriano Charrez asumió el cargo nuevamente, algo que podría precisamente volver a repetirse, esto ante el agravio que se está cometiendo contra el equipo de la presidenta municipal, que aunque está en campaña mantiene legitimidad, porque miles de ixmiquilpenses votaron por ella, no por la nueva inquilina, cuyo gremio no dio más allá de tres mil votos.

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