Cuántas veces has caminado entre plantas sin reconocer la diferencia entre ellas y si tienen alguna utilidad? En el Cerro de las Navajas, Epazoyucan, podrás conocer a detalle las características y propiedades de cada una, pero además tendrás a tus pies cientos de piedras de obsidiana con un brillo verdedorado único en el mundo.

El guía certificado Andrés Ramírez te contará la historia de este lugar, que en náhuatl se llama Itzépetl (itzetl, obsidiana, y tepetl, cerro) y te mostrará flores como mirto, gordolobo, jarilla y madroño, mientras narra  sus características.

Esas y otras hierbas curativas eran utilizadas por los trabajadores del mineral, cuyas labores arrancaron entre 600 y 900 años antes de Cristo, pues realizaban un trabajo muy pesado que les causaba lesiones y necesitaban métodos inmediatos para sanar heridas.
Al avanzar en el cerro llegarás a una zona habitacional que tenía techumbres de zacatón y verás los tiros prehispánicos donde se recolectaba
la obsidiana.

Las entradas eran muy cerradas, por lo que los mineros bajaban para extraerla.

En este lugar también podrás conocer la Piedra del Ídolo, que se utilizaba para la sanación de daños tanto físicos como espirituales. No se sabe su edad, pero se dice que cambia de lugar cada siete años.

Sin duda, un lugar histórico y energético lleno de leyendas ancestrales que debes escuchar, donde la obsidiana jugó un papel fundamental, pues tenía la función del metal, con ella se podrá labrar madera y otros objetos como anzuelos para pescar, besotes (para la barbilla u orejas), además de raspadores y navajillas.

Sara Elizondo I Pachuca