De tanto llegar a pedirle a Andrés Manuel López Obrador tres de sus simpatizantes le encendieron 14 veladoras, le pegaron una virgen de Guadalupe, le cantaron una canción y le rezaron dos padres nuestros y un ave María en la puerta de sus oficinas.
Esta ha sido la más reciente muestra de devoción desbordada hacia el fundador de Morena y ganador de la elección presidencial del 1 de julio, una devoción que incluye recibimientos y despedidas tumultuosas, filas a toda hora para solicitarle cosas y una defensa apasionada, casi a ciegas, de sus propuestas.
“Hay que ponerle veladoras para que Dios nos lo cuide, yo tengo un altar en mi casa dedicado a Andrés, muchos lo tenemos, para que llegué a la silla presidencial y hoy nos pusimos de acuerdo”, dijo la señora Teresa Rueda, quien llegó desde Coahuila.
Mientras esperaba afuera de Chihuahua 216, en la Colonia Roma, conoció al pintor José Luis Landa, autor de un cuadro inspirado en el tortuguero de Macuspana, y el compositor Jorge Reyes Rincón, autor de la pieza “Queremos un presidente que sea héroe y campeón”.
Coincidieron en que los tres tenían altares dedicados al tabasqueño, en que deberían de rezar para protegerlo y fueron por las veladoras; en la tienda les regalaron una estampa de la Virgen de Guadalupe, junto a la que escribieron: “Andrés, no estás solo, presidente, México está contigo y la morenita”.
“Queremos que todos traigan su veladora, y vamos a llenar de veladoras toda esta casa de la morenita”, dijo Teresa Rueda mientras encendía las veladoras.
Sobre la banqueta, rodeado de unas 20 personas que aún esperaban la salida del presidente electo, el compositor recitó algunos versos de su pieza: “queremos un presidente que cambie nuestra nación/ que sea muy diferente, por un México mejor”.
Jorge Ricardo Nicolás
Agencia Reforma
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