Los representantes de Coamila y Rancho Nuevo, Genaro Oropeza y Gervacio Robles Hernández, respectivamente, negaron que hayan desterrado a las familias de evangélicos y expresaron que se fueron de los poblados “por decisión propia” y por no pagar faenas y cooperaciones que adeudan desde hace casi 10 años.
El último mencionado explicó que las reglas dentro de las comunidades “son claras y todos tienen que ayudar con las actividades comunitarias”, esto, según los usos y costumbres.
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Resaltó que no se prohíbe que puedan tener cualquier creencia, “pero tienen que cumplir con las actividades con las que se organiza la comunidad, y no es un tema religioso, sino que evangélicos decidieron no realizar sus faenas ni pagar por estas”, lo que molestó al resto de los integrantes de la asamblea.
Robles Hernández expuso que se delega una responsabilidad a cada persona para que la desarrolle “porque de eso se tratan los usos y costumbres”; además, agregó que “así como tienen derechos, también tienen obligaciones y tareas que cumplir como vecinos del núcleo poblacional”.
“Tienen que cumplir con faenas”
Dijo que el tema es que los evangélicos se niegan a cumplir con las faenas y que los demás sí lo hacen y que acatan con lo que decide la asamblea comunitaria.
Recordó que, en la reciente visita del gobernador Julio Menchaca Salazar, le entregaron un documento, en el cual le explicaron todo el asunto de las dos comunidades; sin embargo, no han tenido respuesta ni atención de la Subsecretaría de Gobierno en la Huasteca o del ayuntamiento de Huejutla.
Robles Hernández manifestó que son 28 familias de evangélicos las que abandonaron Coamila y Rancho Nuevo y que, en caso de que decidan volver y colaborar con las faenas, solo se recibirá a 25, pues apuntó que Rogelio N. N., Juan Nicolás N. N. y Nicolás Pascual N. N. ya no serán aceptados porque “solo quieren dividir a la comunidad”.
Salomón Hernández | Huejutla
