Verónica trabajó en el Cereso de Pachuca para que sus hijos se graduaran
Foto: Oscar Sánchez
Verónica, una mujer de 46 años que pasó cinco y dos meses de ellos en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de Pachuca, logró que dos de sus hijos terminaran una licenciatura, mientras que otra continúa sus estudios de nivel superior, gracias al apoyo de la organización Alas para Crear.
Cuando estaba en la cárcel se dedicó a lavar ropa de las demás internas, hacer repostería y otras actividades que le permitieran mantener a sus tres hijos, pues es madre soltera desde hace 11 años.
En el Cereso conoció la labor de Alas para Crear, asociación que la ayudó a tomar talleres de repostería, psicología, panadería, automaquillaje y de cómo impulsar una empresa propia. Actualmente se dedica a la venta de productos Mary Kay, y considera que estos cursos le han ayudado a aumentar sus ingresos.
Verónica señaló que esta organización ayuda a la reinserción social de las internas que recuperan su libertad, pues dijo que pocas personas se preocupan por ellas, además de que sufren discriminación al salir, pese a que algunas están en esa situación por delitos que no cometieron.
En su caso, agregó, trabajaba vendiendo casas hipotecadas. Su jefe, dueño de la empresa, fue acusado de fraude, delito por el que también la imputaron.
En Hidalgo, 94.6 por ciento de los reclusos realiza alguna actividad laboral, y 73.9 por ciento de ellos percibe un ingreso. Además, las personas en situación de cárcel en la entidad destinan en promedio 5.6 días a la semana para esto, según el informe En números, características de la población privada de la libertad en México, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Alas para Crear es una organización civil sin fines de lucro con dos años de existencia. Nació del testimonio de una mujer que estuvo más de 29 años en prisión, quien afirmó que esa situación le “cortó las alas”, explicó la directora, Daniela Hernández Chávez.
Desde su constitución, afirmó, han impactado directamente la vida de 140 personas: 98 jefas de familia, 32 jóvenes y 10 exinternos, además de que han impartido 22 talleres.
Agregó que Alas para Crear trabaja con adolescentes y mujeres mayores de edad privadas de su libertad, impulsando su desarrollo humano.
“Una vez que se creó una reconstrucción de proyecto de vida (de las personas en situación de cárcel), nos enfocamos en desarrollar capacidades para la reinserción laboral, algo que pueda generar ingresos y autoempleo desde dentro de un Cereso y pueda ampliar las oportunidades cuando egresan”, mencionó Hernández Chávez.
La organización tiene dos programas: Punto de apoyo, que encamina el proceso de desarrollo humano, y Volar sin motores, que se enfoca en la inserción laboral.
TRAYECTORIA
Alas para Crear ha logrado sensibilizar a 10 empresas para que se alíen con ellos y otorguen espacios laborales a quienes logren su egreso de los centros de reclusión
Empezaron sus labores en el Cereso de Pachuca, siguieron en Tulancingo y actualmente las desarrollan en Actopan, en las áreas femeniles. También, en el Consejo Tutelar para Menores Infractores en la capital del estado
PREPARAN CAPACITACIÓN LITERARIA
Actualmente desarrollan el taller Arma tu libro, en colaboración con la editorial Elementum y la investigadora Elvira Hernández Carballido. Las mujeres podrán crear una historia a partir de una anécdota
Giovanny Flores I Pachuca
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