A Bob Dylan se le reconoce como uno de los cantautores más grandes de todos los tiempos en un documento que brevemente recoge su trayectoria, premios y éxitos.
Pero no se trata de halagos, sino de contextualizar a quién se denuncia por abuso sexual infantil.
El intérprete de Like a Rolling Stone fue demandado por, supuestamente, agredir sexualmente varias veces a una niña de 12 años en 1965.
Lo habría hecho con uso de drogas, alcohol, amenazas y al aprovecharse de un vínculo emocional que trabajó por semanas.
La presunta víctima, actualmente de 58 años, presentó su demanda el viernes en la Corte Suprema de Manhattan.
El documento indica que el ganador del Nobel de Literatura aprovechó su estatus como músico a sus 24 años para proveer las sustancias a la entonces menor.
“El acusado, Robert Allen Zimmerman, también conocido como Bob Dylan, durante un período de seis semanas entre abril y mayo de 1965, se hizo amigo y estableció una conexión emocional con la demandante, J.C., para disminuir sus inhibiciones con el objeto de abusar sexualmente de ella.
“Lo hizo junto con la provisión de drogas, alcohol y amenazas de violencia física, dejándola emocionalmente marcada y psicológicamente dañada hasta el día de hoy”, se lee en el documento.
Un portavoz de Dylan negó las acusaciones a través de un comunicado, citado por Variety.
“Esta afirmación de 56 años es falsa y será defendida enérgicamente”, dijo el defensor del músico, , quien en mayo cumplió 80 años.
La presunta víctima, oriunda de Greenwich, Connecticut, identificada en la denuncia como J.C., pudo presentar su acusación gracias a la Ley de Víctimas Infantiles de Nueva York de 2019.
Dicha ley abrió un periodo de dos años para suspender el plazo de prescripción a las denuncias de abuso sexual infantil; este terminó el sábado, pero la denuncia fue levantada el viernes.
Según la demanda, parte del abuso ocurrió en el Hotel Chelsea en Nueva York, lo que motivó que en dicha ciudad fuera levantada su acusación.
Entre los señalamientos contra Dylan se indica que su intención fue ganarse la confianza de la víctima y obtener control sobre ella, lo que luego le permitió infringir, intencionalmente, angustia emocional.
“Debido a los actos ilícitos del acusado, Dylan, como se establece anteriormente, J.C. sufrió lesiones físicas y psicológicas, que incluyen, entre otras, angustia emocional y psicológica grave, humillación, disociación del miedo, ira, depresión, ansiedad, agitación personal y pérdida de la fe.
“Una conmoción severa en su sistema nervioso, dolor físico y angustia mental, y daño emocional y psicológico.
Algunas o todas estas lesiones son de naturaleza permanente y duradera, y J.C. estará obligada a gastar sumas de dinero para el tratamiento”, dice la demanda.
La demandante declaró que los abusos le provocaron incapacidad para atender lo que serían actividades cotidianas y que en su tratamiento para sanar ha gastado mucho dinero, por lo que su exigencia incluye una indemnización monetaria por daños y perjuicios, cuya suma establecería el jurado.
Los acusadores también piden sanciones ejemplares como forma de disuadir conductas similares.
Staff I Agencia Reforma
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