El músico Alejandro Neftalí López Nava prepara el lanzamiento de su álbum Galeana 204, en el que compartirá seis composiciones originales en el bajo y en el que hará colaboraciones con tres bajistas: Alonso Arreola, Michael Manring y Carlos Orozco; el material estará disponible en plataformas digitales.

Aunque nació en Ciudad de México, Alejandro Neftalí se considera pachuqueño, ya que llegó a la capital hidalguense cuando tenía dos meses de nacido.

“Galeana 204 es lo que me da identidad como ser humano, como hombre, como padre y como hidalguense, porque concentra todo lo que puede transformar en música instrumental a través de un bajo eléctrico. Es la estética que tanto persigue el artista”, señaló.

El nombre del disco se refiere a la dirección de la casa en El Arbolito donde creció Neftalí. Se trata de uno de los barrios icónicos de la capital hidalguense, emblema tal como el Reloj Monumental, que está contemplado dentro del arte del disco.

“Más identidad no puede haber. De hecho, hay una melodía dedicada a la casa de Galeana. Todo es música original e inédita”, enfatizó.

Dentro de estas identidades está contemplada María Teresa Rodríguez, una artista hidalguense que viajó por el mundo y es admirada en todas partes, además de otros músicos, como Nicandro Castillo.

Neftalí dijo que Galeana 204 saldrá también en honor a la gente que lo ha apoyado en este tiempo y los que faltan, además de todo el público que desee conocer esta propuesta. “Este año se consolida en un formato digital para las diferentes plataformas. Se irán lanzando sencillos en video y con presentaciones para tener contacto con la gente”, afirmó.

La historia de Neftalí está ligada a Pachuca, sus personajes, calles y tradiciones. La música que se tocaba en los barrios en los 80 es parte de su identidad, lo mismo que la clásica que escuchaba en los discos de su abuelo Jesús Neftalí Torres Romero, quien tenía una colección instrumental que ponían en la sinfonola con acetatos. Todo eso, junto con la enseñanza del maestro Alfredo Castelán o la compañía de músicos, como Daniel Piloto (q. e. p. d.) lo fue construyendo para formar el músico que es y que desde niño mostró talento y conforme el paso de los años creció su pasión por tocar el bajo.

Sara Elizondo I Pachuca