Tras dos años de haber sido suspendida por la pandemia de Covid-19, la “lluvia de pétalos” fue retomada en Mineral del Chico, una tradición de más de 150 años.
Tan solo este domingo, entre cantos religiosos, durante la misa de Pascua, cerca de una tonelada de pétalos de rosas, fueron lanzados desde lo alto de la iglesia por más de 20 personas; otra decena de organizadores hicieron lo propio desde las inmediaciones de la presidencia municipal.
La parroquia estaba repleta, por lo cual centenares de personas escucharon el rito religioso y disfrutaron del espectáculo floral a las afueras del recinto.
Previamente, la noche del sábado también se llevó a cabo la lluvia de pétalos durante la apertura de la Gloria, para ello se utilizó media tonelada de flores.
Al respecto, el párroco Francisco agradeció la asistencia multitudinaria y especificó que, en la religión católica, la celebración de la misa de Pascua “es la más importante”, incluso por encima de la Navidad.
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Irving Cruz I Pachuca
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Desde el mediodía se notaba una amplia presencia de visitantes en la localidad, la mayoría realizaba actividades en grupo y, particularmente, en familia.
Tras la tradicional “lluvia de pétalos” en la iglesia, comenzó otra de las costumbres de la Semana Santa: mojarse en la fuente y cubrirse con espuma en aerosol, ambos como sinónimo de júbilo en el marco del Domingo de Pascua.
El día continúo con la mojiganga, es decir, el desfile de una comparsa de personas disfrazadas, y culminó con la representación del ahorcamiento a Judas, así como la quema de la figura que representaba al traidor bíblico.
