El compositor Mario Ruiz Armengol descubrió el arpa de pedales cuando empezó a trabajar en la XEW, en los años 30. En la radio, trabajaba con Esperanza Guzmán y su hija, la arpista Carmen Roselló.

Fue ella quien, a principios de los años 50, le mostró los arcanos de la escritura del instrumento y empezó a componer para ella, de quien se enamoró: “Sentaba yo a Carmela Roselló junto a mí con su arpa, escribía yo algo y la hacía tocarlo.

Luego ella me decía ‘esto no se puede tocar por esto y por esto’, ‘esto está bien por esto’”, escribe Edmundo Camacho en las notas del disco Mario Ruiz Armengol. Obra completa para arpa, grabada por el joven arpista Emmanuel Padilla Holguín con el sello Tempus Clásico.

Ruiz Armengol escribió su primera pieza para arpa con la guía de Rodolfo Halffter, el Preludio para piano o arpa (1952), y después sus tres Celajes.

El matrimonio y partida de Roselló con un músico venezolano lo alejó de la composición para arpa.

Hasta el regreso de la arpista a México, en 1971, con quien se casaría.

Ruiz Armengol (1915-2002) escribió 24 piezas para el instrumento entre 1953 y 1979. Se sabía, dice Padilla, que el compositor tenía algunas obras para arpa, pero no que fueran tantas. “Sin que nadie las tocara, era como si no existieran”, opina.

“Todas tienen el sello característico de Ruiz Armengol. Todas suenan a un estilo musical impresionista, tal vez francés, pero combinado con el jazz”, responde Padilla Holguín, de 23 años.

“Muchos críticos mexicanos decían que él tenía el don de la melodía como los grandes compositores, como Schubert y Tchaikovsky”.

Ruiz Armengol trabajó en los años dorados de la radio y escribió éxitos como Muchachita y Aunque tú no me quieras.

Desde 2014, Padilla se interesó en el repertorio.