Matías, un elemento con 10 años de militancia en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), indicó a Criterio que antes de la explosión del viernes en San Primitivo, Tlahuelilpan, las fuerzas armadas advirtieron a la población del riesgo en el gasoducto, pero fueron ignorados.

“Nosotros llegamos al sitio y el chorro de la fuga (de combustible) no era tan alto: ya estaba bajando la intensidad, pero de pronto algo pasó que alcanzó hasta cuatro metros (de altitud). Desde antes de que eso sucediera nos acercamos, junto con policías federales, a indicarles a los pobladores que se retiraran porque era peligroso, pero la gente no hacía caso; incluso empezaron a ofendernos”, aseveró el soldado, quien prefirió omitir sus apellidos.

Agregó que al menos 20 de sus compañeros exhortaron a la gente a alejarse del lugar, pero los habitantes hicieron caso omiso, lo que derivó en una tragedia tan solo dos horas después.

El elemento castrense originario de Veracruz se encuentra asignado al campo militar de San Miguel de los Jagüeyes, en Tepeji del Río, de donde son enviados a municipios de la región para hacer rondines en ductos de la zona.

“Hemos recibido capacitación para reaccionar ante cualquier ataque de grupos armados o de cárteles, pero no nos capacitan para pelearnos con los pobladores. En los últimos tiempos algunos lugareños son azuzados o motivados por huachicoleros, que los ponen en contra de nosotros con la intención de seguir teniendo el control y de que no se les detenga”, aseveró.

Matías agregó que las agresiones contra los militares se han vuelto constantes, y ejemplificó con el ataque ocurrido el 13 de enero en Santa Ana Ahuehuepan, comunidad de Tula de Allende, donde los acusaron de privar de la vida a un civil.

NEGLIGENCIAS

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) indicó que, sin prejuzgar sobre posibles responsabilidades, inició una queja de oficio para investigar las posibles omisiones de servidores públicos federales, locales y municipales

Según la versión del soldado entrevistado por Criterio, a la ordeña de San Primitivo arribaron unas 200 personas, que superaron diez veces el número de militares en el lugar, pues solo había 20 elementos

Jesús González | Tula