El presidente de Tulancingo, Jorge Márquez Alvarado, garantizó que no heredará deuda pública a quien lo suceda en el cargo, para que no tenga que preocuparse por “pagar cosas que él no se gastó”.
En su segundo informe de gobierno, destacó la reducción del débito, que al inicio de su gestión superaba los 35 millones y a la fecha asciende a 25 millones 648 mil pesos.
Márquez Alvarado, al término de la rendición de cuentas, indicó que la línea de crédito por 60 millones de pesos, adquirida en su primer mandato (2011) para construir el edificio sede de la actual alcaldía, denominado Centro Cívico Social, debió quedar saldada hace 60 meses.
Aunque no especificó montos, comentó que este año aportaron un adelanto a capital y prevén otro más antes de que concluya el 2022.
“El próximo ejercicio haremos tres o cuatro adelantos, para que el último día de mi gobierno no se deba un solo centavo, ese es el compromiso que he asumido públicamente y lo vamos a cumplir”, proyectó.
Reiteró que su meta es que el próximo gobernante de Tulancingo llegue libre de deudas y con todas las posibilidades de hacer mucho sin tener que preocuparse por pagar lo que no se gastó.
El edil, aclaró que solo resta abonar lo que falta de la línea de crédito para la edificación de la actual sede municipal, ya que la contratada en 2014 para la modernización catastral está saldada.
Insistió que no asumirá más deuda pública y, en consecuencia, todo lo que se adquiera será con recursos del municipio, como fue el caso de la sustitución de luminarias por tecnología LED y la construcción del llamado C4, en los que destinaron 49 y 21 millones de pesos, respectivamente.
María Antonieta Islas I Tulancingo