Los 2.3 millones de pesos que, en 2017, el gobierno de Tulancingo destinó al programa permanente de bacheo, hubiesen permitido pavimentar con concreto hidráulico 200 metros lineales por 10 de ancho o alrededor de 600 metros con carpeta asfáltica, explicó el secretario de Desarrollo Urbano, José Bizet Santos.

Reconoció que para muchas personas el bacheo representa tirar dinero a la basura, pero es un paliativo necesario ante la falta de recursos para reconstruir las vialidades más afectadas de la ciudad.

El año pasado, con dinero del municipio, bachearon en promedio 20 kilómetros y en lo que va de este año han intervenido cerca de 10 kilómetros, por lo que la superficie pendiente será mayor en relación con 2017, estimó el funcionario municipal.

Está en puerta, dijo, la rehabilitación del bulevar Quetzalcóatl, en el tramo que va de la comunidad Jaltepec a la entrada del recinto ferial, así como algunas arterias de los fraccionamientos La Argentina, Los Sabinos y la carretera a Huapalcalco.

Respecto al deterioro que registra el Circuito Chapultepec, indicó que aun cuando se trata de un tramo estatal, está contemplada su intervención para este año porque se encuentra en jurisdicción de Tulancingo.

“Tenemos previstas varias acciones, sobre todo en los fraccionamientos perimetrales asentados en zonas bajas de Tulancingo, como Los Sabinos, La Argentina, Rincones de la Hacienda y Las Glorias”, afirmó el empleado municipal.

Bizet Santos atribuyó el mal estado de gran parte de la carpeta de rodamiento a la calidad con la que se desarrollaron dichos fraccionamientos.

“La descomposición de lo que es el pavimento se debe a procedimientos constructivos mal empleados, mucha permeabilidad en la cinta asfáltica, que provoca agrietamientos y deformaciones”, aseveró.

María Antonieta Islas
Tulancingo