Y al fin se pudo
 
Hace (69) meses
 · 
Compartir:

Andrés Manuel López Obrador con lágrimas en los ojos, frente a la Catedral, a su izquierda tenía el Palacio Nacional, volaban pedazos de confeti sobre el Zócalo: “¡Sí se pudo!”, gritó, y luego esperó un momento. Miles de seguidores que ocupaban toda la pancha le respondieron a coro: “¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!”. Y como nunca el grito era tan preciso: su victoria se había tardado doce años.

“Nos dijeron de todo, que éramos unos mugrosos, unos nacos y nos esperamos doce años y mire, aquí estamos”, dijo la señora María Rangel que llegó desde La Huasteca potosina y fue primera en el Zócalo que se puso llorar cuando escuchó que el panista Ricardo Anaya había aceptado su derrota. “¡Bendito sea Dios!”, gritó, sumida en lágrimas. “Vine porque me dije a ver si gana, si no, pues ya será otra derrota”, dijo cuando ya a su alrededor había un coro de gritos: “¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!”.

Otros como ella gritaban con lágrimas. En 2006, los seguidores de López Obrador llegaron al Zócalo a festejar el triunfo, la plancha estaba libre pero les dijeron que no ganaron. En 2012, ya tenían listo el templete, pero tampoco pudieron. Ese año tomaron por asalto el micrófono y mentaron madres. Por el fraude que alegaron, por las campañas sucias, porque los empresarios lo calificaron como un peligro para México, porque cómo los pobres iban a tener un triunfo.

“En 2006, solo tronamos cohetes, pero él ya no vino, en 2012 yo estaba muy encabronado y subí al templete y mandé a la chingada a todos”, recordó el señor Ernesto Suárez, que llegó desde las doce del día desde San Juan de Aragón. Que en 2012 caminaron del Zócalo al Fiesta Inn de la Alameda, donde estaba López Obrador. Recordó que partieron 200 personas del Zócalo y cuando llegaron a la Alameda eran 3 mil. Fueron a decirle “aquí estamos, para lo que se necesite, pero Obrador salió a decirnos, ‘nos robaron'”.

Los lopezobradoristas tenían confianza pero durante el día por internet todavía resistieron mensajes así: “Si van a votar por AMLO no necesitan llevar pluma, con la pura mugre de los codos pueden votar”. Así que, de alguna forma, el grito de ayer de Lopez Obrador y de miles de sus seguidores habrá sido el grito de “la mugre de los codos”, de la sangre, de “los jodidos”, de la tozudez, de los que no perdieron la esperanza. “¡Sí se pudo!”.

Cuando abrieron las vallas, el señor Guadalupe Puertos Zamora arrastró todo lo que tiene por ahora para vivir: una bolsa de plástico negra, un par de pantalones, unos zapatos, y se metió al Zócalo. “¿No que no, pendejos?”, les dijo a los policías, con rencor y esperanza porque hace una semana lo echaron de la vecindad donde vivía, perdió el empleo en una empresa de limpieza, y él confía en que con Lopez Obrador consiga un mejor trabajo. “Con unos 2 mil 500 quincenales saco para mi renta”.

La multitud entró corriendo, tomó posiciones, gritó: “¿Y dónde están y dónde están, esos bandidos que nos iban a ganar?”. En la pantalla donde se proyectaba el video, apareció una bandera gigante. Llegó el mariachi Nuevo Juvenil y cantó “El Rey”: “Después me dijo un arriero que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”, mientras Lopez Obrador daba un discurso en el Hotel Hilton.

“¡Ganamos, carajo!”, dijo el actor Damián Alcázar, apenas llegó al Zócalo. Se puso a bailar “El sinaloense”. Puntualizó: “Es el triunfo de un pueblo, y costó mucha sangre, mucho sudor, muchos años”.

Hasta adelante del escenario, ya listo para recibir a Lopez Obrador, había quedado también el albañil Camilo Nieto con su cachucha roja y su playera verde. “Ganamos los pobres”, dijo. Había llegado desde Santa Martha Acatitla y no sabía cómo regresarse. “Si no puedo regresarme, me quedo aquí en los arcos”.

López Obrador llegó faltando cinco minutos para las doce con la mano en alto, los ojos brillantes de lágrimas a punto de salir, recorriendo el escenario antes de simular un abrazo. Miró hacia el edificio donde despachó entre 2000 y 2005; habrá visto en toda la plancha del Zócalo miles de ojos llorosos como lo suyos. Su victoria, tras doce años, guerras sucias y acusaciones de fraude, también era un triunfo de la persistencia, aunque las cosas hayan cambiado.

López Obrador se retiró ofreciendo un nuevo orden, al que ya todos comienzan a acomodarse. Un nuevo orden conformado, en parte, por ex priistas. Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, él mismo.

Lo que sigue está por verse, ayer, a sus 64 años, más sereno, varias batallas perdidas, Lopez Obrador se impuso, también en el Zócalo. Cuando se marchó, sus seguidores se quedaron todavía en la oscuridad, cantaron sones, bailaron, gritaron las viejas consignas: “¡Es un honor estar con Obrador!. Gritaron: “Sí se pudo!”

Jorge Ricardo
Agencia Reforma

También te puede interesar:

Compartir:
Relacionados
Se dice
/seDiceGift.png
Especiales Criterio
/transformacion.jpeg
Suscribete
/suscribete.jpg
Más popular
Por Redacción Criterio . 17 de abril de 2024
Por Redacción Criterio . 19 de abril de 2024
Por Redacción Criterio . 11 de abril de 2024
Por Redacción Criterio . 19 de abril de 2024

© Copyright 2023, Derechos reservados | Grupo Criterio | Política de privacidad