A pesar de que cientos de personas transitan a diario por la Central de Abastos de Tulancingo, la zona carece de medidas de seguridad, registra desorden y basura en sus pasillos.

Durante un recorrido, Criterio corroboró que en el lugar faltan puntos de reunión de seguridad, salidas de emergencia, extintores, servicio médico, así como la planeación de un programa de acción en caso de un incidente.

De acuerdo con locatarios, no existe una campaña preventiva de capacitación, cursos de primeros auxilios ni medidas contra conflagraciones, pese a que el 9 de diciembre las llamas consumieron una bodega de abarrotes. Comprar, vender, arreglar, limpiar, negociar, comer, degustar, empacar, desempacar, acomodar, tirar, dividir, catalogar son verbos que se repiten ahí a diario.

Los locatarios hacen una extensión de sus bodegas: colocan una serie de obstáculos e invaden 3 La central de abastos, donde un local se incendió, carece de puntos de seguridad las banquetas y los carriles, lo que dificulta la circulación a clientes, trabajadores, “diableros”, camiones de carga y descarga.

En el mismo sitio que alberga risas, gritos, ofrecimientos, donde las clientas son güeritas , marchantas y jefecitas, es visible el desorden. Adultos y jóvenes con el rostro quemado por el sol y los años descargan los camiones, van y vienen, cargando cajas de frutas, legumbres, abarrotes.

“Situaciones como que algún vendedor está estorbando, el conductor no se da cuenta y lo alcanza atropellar, muy leve, porque aquí no se puede correr, pero si ha pasado, o de pronto están los camiones cargados y se cae algún bulto, y va pasando la gente”, relató un cargador.

Otro obstáculo son algunos automovilistas que acuden para abastecerse, pues esperan que la mercancía llegue a las puertas de su vehículo.

En la central también se deben sortear los cúmulos de basura, aunado a la falta de contenedores, lo que genera un olor fétido.

Esta es la tónica en la que los compradores buscan los mejores productos naturales, ya sea para el guiso diario, para la despensa, para revender en tiendas de abarrotes, verdulerías, fruterías, entre otros.