María Hernández Pérez, vecina de la comunidad Santa María Ilucan, cumplió 104 años de edad, lo que la convierte en una de las mujeres más longevas de Tula.

Nacida en 1912, fue el pasado 24 junio cuando Mariquita, como de cariño le dicen, llegó a los 104 años de edad, lo que motivó un día lleno de festejos, “por la mañana tuvo un desayuno en el cual la acompañaron socios de la cooperativa Cruz Azul, además de amigos cercanos; ya por la tarde los nietos y bisnietos, con una comida, le celebraron un año más de vida”, dijeron los familiares.
Aunque aún camina, en esta ocasión permaneció en su silla de ruedas y con una voz bajita, pero clara, recordó que trabajaba en una hacienda de los señores Portillo, en la comunidad Jasso, en Tula, “ahí era criada, hacía el aseo, era una época en la cual uno comía lo que encontraba en el campo, cosas naturales, de ahí me fui a vivir a la comunidad el Salto en Tepeji del Río”.
Casada con Leocadio Hernández Urbano hasta 1969, fecha en la que murió su esposo, María Hernández procreó tres hijas, dos de ellas ya fallecieron, de las cuales nacieron tres hijos, nietos de Doña Mariquita: Enrique y Gerardo Hernández Hernández; así como Rodrigo Cruz Hernández, quienes en el festejo rodearon de mimos y atenciones a su abuelita, “ella, junto con el abuelo, nos educaron en base al trabajo y la honradez, al respeto a los mayores, por ello somos gente de bien”.
“Estoy agradecida con mi familia, mis nietos que tanto me cuidan, para mí es una bendición estar celebrando un año más de vida junto a mis seres queridos, lo cual agradezco infinitamente a Dios” expresó María Hernández.
Finalmente, Rodrigo Cruz Hernández, nieto mayor de Doña María, señaló que de pequeño, cuando Santa María era una ranchería, sus abuelos los criaban con lo que había en el campo, “creo que la comida de antes no hacia tanto daño, mi abuelo tenía sus milpas y sus animales, se vivía de la agricultura, no como ahora que se comen cosas enlatadas, creo que eso le ha ayudado a mi abuelita a vivir los años que tiene”.

Pasado

Actualmente Doña María Hernández es una mujer lúcida que come de todo y no tiene problemas graves de salud, tiene 16 bisnietos y 18 tataranietos, vivió 45 años con Leocadio Hernández, su esposo, hasta 1969, año en que falleció.
Rodeada de familiares y amigos, Doña Mariquita celebró un año más de vida y se recordó su época de joven, “antes se lavaba en el río, comíamos acelgas, quelites y otras plantas, en ocasiones el abuelo mataba un borrego o un puerco, ésa era época de fiesta”.