En Tulancingo, en el primer cuadro del centro personas de la tercera edad tocan algún instrumento musical en el jardín La Floresta para subsistir o piden ayuda económica a los transeúntes para regresar a sus lugares de origen.

“Estoy pidiendo ayuda para mi pasaje de aquí a Agua Blanca”, expresó un sexagenario, quien se acercaba a la gente a las afueras de un restaurante.

En los centros comerciales, antes los cerillos eran niños, ahora los adultos mayores embolsan los productos de los clientes.

De acuerdo con el Consejo Estatal de Población (Coespo), en su informe sobre dinámica demográfica en Hidalgo, en 2020, el grupo de 30 a 64 años de edad aumentará a 40.5 por ciento de la población, y en 2030, a 42.9.

En 10 años, señala, la pirámide poblacional asumirá una forma rectangular con una base mucho más estrecha y una cúspide cada vez más ancha; es decir, la pirámide se invertirá: habrá menos niños y personas jóvenes y más gente adulta y adultos mayores.

Según el organismo, el reto para los gobiernos en materia de envejecimiento demográfico radica en implementar políticas públicas relacionadas con una vida digna posterior al retiro de la actividad productiva y generar fondos económicos para contar con ingresos en la vejez; además de seguridad con medicinas y atención garantizada.

Nathali González I Tulancingo