Gabrielle, Coco, Mademoiselle, estos nombres definen una historia multifacética.
En tres tiempos, la modista francesa logró resumir su genio irreemplazable, señaló Fran Suárez, director de entrenamiento y representante de Gabrielle Essence, la nueva fragancia de la casa Chanel.
“El contenido ámbar conjuga la leyenda de la diseñadora que a casi un siglo del lanzamiento de su primer perfume, es tan vigente como la psicología de una mujer contemporánea”, dijo Suárez quien estuvo presente en la presentación de esta fragancia en México.
“A mademoiselle Chanel le podemos agradecer por siempre su múltiple legado. Sin saberlo, la niña abandonada en una escuela y a partir de su uniforme negro, nunca supo se convertiría en una de las primeras feministas. Su gran aporte ético, seguridad e independencia marcó su vida y la de millones de mujeres que siguieron su ejemplo líder, incluso al robar, en forma figurada, del armario de los caballeros, los pantalones, la pseudorigidez de los trajes sastre, la determinación y hasta el corte de cabello. Ni qué decir de las prendas de punto, el labial rojo y claro, un vestido negro como el que a menudo llevan las mujeres que cambian reglas”, comentó el directivo.
“Y es que como mademoiselle, las mujeres de hoy son apasionadas, llevan como accesorios perlas y a menudo se diseñan a sí mismas”, señaló el visitante entre algunas de las mujeres más elegantes de México que asistieron a dar la bienvenida a Essence.
Vestidas de encaje, transparencias y chaquetas de bucle en dos colores, ellas aspiraron, en un cuarto blanco con acentos luminosos, el rocío de un pulcro frasco de cristal facetado. Aromas a jazmines, flores de naranjo, acentos orientales de ylang ylang, además del juego olfativo de los nardos; ellas revivieron la leyenda de Chanel.
“La mujer libre que un día decidió ser lo que ella quería ser, culta y elegante. Líder de un estilo que prevalece. Una dama reconocida ante las más altas esferas sociales, una mujer culta, amante del arte, rebelde de corazón, aunque paradójicamente, dueña de una delicadeza que cautivaba al mundo, apuntó Suárez.
El ADN de Gabrielle
Una interpretación floral, solar y voluptuosa de Olivier Polge, perfumista de la maison. Inspirada en la célebre creadora, esta fragancia es ideal para una mujer que se escucha y se afirma. Una mujer radiante que expresa plenamente su personalidad.
En su frasco cuadrado con paredes de cristal extremadamente finas, el perfume parece levitar, ingrávido. La etiqueta y el tapón se tiñen de un color dorado profundo y rico, al igual que la fragancia.
Es un concentrado creado en torno a cuatro flores: el jazmín, exótico e intenso; el ylang-ylang, con notas afrutadas y luminosas; la flor de naranjo, fresca y chispeante, y la tuberosa de Grasse, untuosa e intensamente femenina.
Lupita Aguilar I Agencia Reforma