Cuarenta y tres sillas, cada una con una fotografía y un poema dedicado a los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, fueron colocadas sobre el suelo de plaza Independencia para conmemorar tres años sin conocer su paradero.
En el marco de las Acciones Globales por Ayotzinapa, activistas, organizaciones sociales, músicos y ciudadanos se dieron cita la tarde de ayer en el quiosco de la plaza para realizar una actividad cultura que incluyó la lectura de poesía, el pase de lista de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos y la participación de las bandas musicales Colectivo Rupestre, Barro Santo y Bakter, un rapero originario de San Miguel de las Pirámides que ha compuesto temas dedicados a ellos.
“1, 2, 3, (…) 41, 42,43, ¿cuántos más? Ni uno más, ¿cuántos más? Ni unos más. Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos”, concluyó el conteo grupal.
Juan de Dios, activista que ha acompañado a familiares y normalistas en las acciones emprendidas, dijo que las madres y padres de los 43 “viven para sobrevivir”.
“Hay que seguir hacia delante hasta encontrarlos, no parar hasta tenerlos de regreso en sus casas. “No sé qué les de fuerza a los padres para seguir adelante. Además, están respaldados por muchas organizaciones y gente, no sólo en México sino en todo el mundo, y pienso que eso es lo que los sostiene, ya que si no estuvieran esas personas atrás de ellos, sería muy complicado”, expresó.
En tanto, Gregoria Ortiz Garnica tomó la palabra para recordar, frente al público, que su hijo Gustavo Alberto de la Cruz lleva desaparecido diez años, pues tras salir de la secundaría General número 1 de Pachuca, escuela donde estudiaba, no regresó a casa.
Días después, la mujer recibió una llamada: debía entregar 60 mil pesos por el rescate de Gustavo. El dinero nunca fue recogido por los extorsionadores en el punto acordado; tampoco ha vuelto a ver a su hijo, expresó.
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